13

2 0 0
                                    

ZION HALLEN

— No lo entiendo — digo frustrado.

— ¿El qué no entiendes?

Con mi mirada fija en el techo mientras estoy tumbado en mi cama y Jeff a mi lado con la misma posición nos encontramos sin poder dormir.

— Lo que yo no entiendo es por qué mi cuerpo y mi cabeza sufre por una sensación rara que no se como describirla cuando estoy con Hazel — hago un bufido.

— ¿Te lo digo a mi manera o te lo digo a lo profesional? — me dice ahora mirándome.

La verdad quiero que me lo diga a su manera, pero también tengo miedo de lo que vaya a decir, porque le conozco y no se va a cortar ni un pelo y va a ser directo, pero si le digo a lo profesional puede que le salga mal y termine hablando directamente así que solo me queda una opción.

— A tu manera — giro mi cabeza para mirarle.

— La tienes ganas, te pone, te atrae, quieres escucharla suplicando por ti. Eso es lo que sientes Ojitos, así de claro — se le forma una sonrisa traviesa.

Sinceramente he acudido al mejor, hablando irónicamente. Claro que no es eso, que tontería, nunca voy a sentir eso por mi empleada.

— Eres un capullo, eso te aseguro que no lo es — me defiendo con mis cejas fruncidas.

— Entonces sigue quedándote con la duda de por qué sientes esa cosa rara cuando la ves — con su dedo me da un toque en la frente.

Tampoco quiero quedarme sin la duda, pero es verdad que si yo no me creo lo que dice pues me tengo que aguantar y averiguarlo yo solo. Se que es raro que no sepa lo que me pasa, pero es que nunca había sentido algo así de extraño, es como un caramelo ácido que no te gusta el sabor pero sabes que en el fondo después de lo ácido viene algo dulce y te gusta. Eso me pasa a mi, que no me gusta nada de lo que me está pasando pero siento que en el fondo puedo tener un huequito donde si me guste, porque siento que si va a valer la pena y eso es lo que me tiene con muchas dudas y miedos.

— ¿Crees que ella está sintiendo lo mismo que yo? — vuelvo a mirar al techo, con mis gafas un poco levantadas.

— No lo creo, es directamente lo que la está pasando a ella, pero es lista, porque seguro que ella si sabe lo que está sintiendo. Amor.

Amor. Esa palabra la odio, no quiero tener esa cosa que solo destruye. No es que lo haya sentido, pero lo he visto en amigos que han  sufrido por esa mierda y yo no quiero vivirla, ni siquiera puedo escucharla. Es repugnante y no me puedo creer que Hazel esté construyendo esas letras poco a poco hasta conseguir la ridícula palabra. Solo se que yo nunca lo voy a formar ni a sentir.

— Que asco — pongo una cara desagradable.

— Que asco, pero tarde o temprano lo vas a sentir, porque aunque no te lo creas, eso que estas sintiendo raro y nuevo es el amor. Tu sentimiento nuevo se está formando y gracias a la adorable Hazel, así que prepárate, porque esto es solo el comienzo — me mira mientras pestañea rápidamente con una sonrisa. Otra cosa, a la mierda lo de que eres su jefe, eso es una excusa barata para reprimir tus sentimientos, pero eso es lo que menos importa. Consejo de hermanos.

Odio que tenga razón. Si ese tal amor es lo que se me está formando en el cuerpo, no quiero seguir más, me da miedo a fallar y que todo salga mal.

— Hazel no creo que se deje llevar por los sentimientos del amor, y menos de una persona rara y poco atractiva, dan grima mis ojos y con las gafas tampoco es que me ayuden mucho. No ves que ni para ser formal sirvo — yo me rio y él me sigue la risa.

Nueva VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora