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HAZEL BAKER

Pasaron unos cuantos minutos y yo sigo aquí sentada en el suelo sin querer moverme, con pequeños temblores en las piernas y mi corazón en los suelos...

De pronto noto una vibración en la mesita de al lado de mi cama, me doy cuenta que es mi móvil y marca una llamada de Jade. Rápido lo cojo y contesto.

— ¿Dónde estás?

— Ven a mi cuarto, sola, quiero contarte algo...

— Ahora mismo voy.

Cuelgo y dejo el móvil en el suelo, ya ni fuerzas tengo. De ahí espero un minuto más y tocan la puerta, me levanto y la abro.

— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué lloras? — Jade muy asustada me intenta decir.

— Debo de contarte algo, pero te pido que no digas nada y debes de dejarme avanzar yo misma en lo que te diga, no te sobresaltes ni te pongas histérica porque va a ser peor —la agarro de la mano y la atraigo conmigo para sentarnos en el borde de la cama.

Le empiezo contando todo, cada detalle, no me dejo ni uno, y la rabia de Jade empieza a verse por su cara y sus manos, pero la intento tranquilizar. Cuando ya la he terminado de contar exactamente todo ella me da un abrazo muy significativo.

— Solo te digo que debes hablarlo con Ronan, no ahora si no más adelante, pero no te lo quedes callado como lo de tus padres ¿Vale? —Jade me acaricia la mejilla suave donde tengo el corte y me deja un beso en la frente.

— No sé a dónde ir, no quiero quedarme aquí y no quiero ir a mi apartamento, Jade —unas cuantas lágrimas me caen.

— Te vienes a mi casa, esta noche, después de que todos se hayan ido, no vamos, pero debes decirles a Ronan y a... Zion una excusa si no quieres decirles la verdad...

Sinceramente no sé qué decirles del porqué me voy, no tengo ni idea, estoy nerviosa, no quiero que se piensen de verdad que los abandono porque ya he enamorado a Zion o ya no sé qué pasa aquí. No quiero tampoco romperle el corazón a Zion, intentaré que entre en razón.

— ¿De verdad? Seré un estorbo para ellos —digo con mi cara agachada y triste.

— No lo serás, ellos van a estar encantados de ayudarte, anda venga que te ayudo con tu maleta.

Yo asiento y la doy antes un abrazo más fuerte.

Nos pasamos las horas de las fiestas colocando la maleta, riéndonos y Jade intentado olvidarme de ese idiota. Cuando llega la noche y todos seguramente ya se fueron, empiezo a ponerme nerviosa, ya que casi llega la hora de hablarles.

La puerta suena por golpes suaves y yo miro a Jade a lo que ella asiente. Camino hasta la puerta y la abro, al otro lado está Ronan con una expresión de duda y desconcierto.

— Osito... tengo que hablar contigo — le dejo a que pase y cierro la puerta.

— ¿Qué a pasado? ¿Por qué tu habitación no tiene nada tuyo? —Ronan empieza a ponerse nervioso y a mirarme como si estuviera buscando algo en mis ojos.

Yo suspiro y le accedo a que se siente junto a Jade, yo me quedo de pie enfrente suya.

— Me voy... no puedo seguir trabajando aquí, tengo motivos que más adelante cuando verdaderamente esté preparada te los diga... no quiero que me juzgues, que me odies, no quiero eso, porque yo te quiero y no te estoy abandonando —mis ojos se vuelven a humedecer.

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