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ZION HALLEN

La noche a llegado tan rápido. Jeff y yo nos encontramos en un gran local, con una pareja mayor. Los dueños del local.

— Está muy bien — Observo todo con atención y luego les doy una sonrisa.

— La verdad que este local para lo que queréis hacer está muy bien, es muy espacioso y creo que podríais trabajar bien — la señora nos da una cálida sonrisa.

La verdad que estamos aquí porque desde hace un año Jeff y yo estábamos mirando y buscando un local para construir un concesionario de motos, lo teníamos pensado desde pequeños y queremos construir nuestro sueño, por eso yo no trabajo y Jeff trabaja para poder mantenerse, pero lo dejará cuando construyamos lo que queremos.

Estudié mucho en el instituto y en la universidad para conseguirlo al igual que Jeff y ya por fin podemos  cumplirlo.

— Mañana os doy la señal y empezamos a arreglar el papeleo para comprarlo, ¿Os parece bien? — digo muy entusiasmado.

—  Claro, mañana a primera hora os esperamos en la gestoría y muchas gracias jóvenes — el señor nos da una gran sonrisa.

— Gracias a vosotros, mañana nos vemos — dice Jeff devolviéndole la sonrisa.

Jeff y yo caminamos detrás de ellos hasta que llegamos a la entrada de la puerta de cristal, de ahí nos abren y salimos.

Nos despedimos y la pareja se va, nosotros nos quedamos mirando un poco el gran local con un escaparate amplio dejando ver lo de adentro. Me imagino ya nuestro, con las motos y la decoración a nuestra manera. Estoy muy ilusionado y la verdad que tengo muchas ganas.

— Es perfecto ojitos, ya estoy deseando trabajar aquí y no verle más la cara de culo a mi jefe — me dice Jeff mirando el local con sus ojos brillosos.

— Yo también playboy — le cojo del brazo y le doy un gran abrazo.

Caminamos hasta el coche de mi hermano mayor. Jeff se sube de copiloto y yo de conductor. Se lo cogí prestado para venir, ya que no está muy cerca de la casa.

Cuando ya hemos llegado y he aparcado en el garaje, entramos y está todo silencioso, normal son las once de la noche, pero la luz de la cocina está encendida y yo decido ir.

— Voy a la cocina — le digo a Jeff y él asiente subiendo las escaleras.

Cuando llego veo a Hazel de espalda a mí, supongo que está limpiando. Veo sus curvas que tanto me chocan, aún teniendo una camiseta ancha tapándola deja ver su hermoso cuerpo.

Me acerco a ella hasta quedarme a su lado y observo que efectivamente está fregando, pero no tardo mucho tiempo en verlo ya que me llevo un manotazo en la cara, yo gruño a eso y me sobo la mejilla dolorosa. Menos mal que las gafas no salieron a volar.

— Mierda lo siento Zion, me he asustado no te había escuchado — veo que se pone sus dos manos en la boca y sus ojos  están muy abiertos.

Noto su mano pequeña tocar mi mejilla y luego unos ojos de pena me miran. El dolor ahora mismo no lo siento, solo siento los nervios recorrer mi cuerpo por la cara y el tacto de Hazel.

— Ya tranquila, estoy bien — le doy una sonrisa cálida.

Cojo su mano y la separo de mi mejilla, bajándola pero sin soltarla la observo. La verdad que no se que estoy haciendo, solo se que no quiero soltarla y no quiero perder esos ojos tan claros que me derriten. Ella carraspea la garganta y desvía la mirada para luego soltarse de mi agarre.

— Bueno... ¿Qué tal? — me dice volviéndome a mirar pero nerviosa.

Lo se porque sus rubores ya se empiezan a notar y sus pecas también.

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