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HAZEL BAKER

La tensión que tengo no es normal, lo nervios que me recorren el cuerpo es inimaginable y todo por el chico raro, atractivo y rico que me a conseguido este trabajo y está consiguiendo que una parte de mi se sienta intrigada por él.

Verle sin camiseta me a causado un calentón por toda mi piel, pero verle con esas gafas tan perfectas encajar con sus llamativos ojos y su cara marcada con un resto de barba que casi ni se ve, me hace imaginar como sería pasar mi lengua por ahí.

Dios mío Hazel, controla tus pensamientos estúpidos.

— ¿Bajamos? — me dice Jade mientras yo me termino de poner mi pijama corto y fresco.

— Son las dos de la mañana y me tengo que levantar pronto para recoger al pequeño — digo.

Paso mis dedos por mi pelo haciéndome una coleta desastrosa y me siento en la cama junto a Jade.

— Por un ratito más no pasa nada, venga Zel anímate, que ya no me verás hasta no se cuando, tenemos trabajos — pone una cara de pena y sus ojos miel se hacen grandes. Además, los chicos nos esperan.

Yo ruedo mis ojos dejándolos en blanco hasta que la miro vagamente y asiento con mi cabeza, dado a entender que no me queda de otra que hacerla caso. Siempre sale ganando ella.

Bajamos las escaleras despacio y caminamos hasta la parte trasera de la casa, donde nos dijo Zion que va a estar. Nos acercamos y vemos a los chicos sentados en dos hamacas blancas junto a la piscina, es fácil verlos ya que la mansión es completamente visible, sin duda es una casa de ventanales grandes al igual que las habitaciones, solo las cubre una ligera cortina blanca.

— Menos mal que tenéis mas hamacas — dice Jade mientras nos tumbamos en las dos que quedan libres.

— si no, existe el suelo — Jeff nos mira con una sonrisa.

— Para vosotros existe — Jade se defiende.

Yo estoy en la ultima hamaca con mi cabeza girada a la derecha viéndoles o eso parece, porque sinceramente estoy mirando a Zion que esta pendiente en lo que hablan Jeff y Jade mientras se ríe dejando ver su contagiosa sonrisa haciéndome que se forme en mi rostro una pequeña.

Veo cada gesto que hace, como se sube las gafas ya que de la risa se le caen, sus músculos se mueven tan atrevidos haciendo que me paralice entera y esos tatuajes tan marcados en su piel me dan ganas de recorrer con mi dedo cada detalle y ver como se estremece bajo mi tacto.

Cuando voy a mirarle a los ojos, estos ya están mirándome acompañados con una sonrisa, yo ya me empiezo a poner nerviosa y seguramente roja también.

Genial Hazel, ya es la tercera vez que te pilla.

Rápido aparto la mirada y me centro en Jeff y Jade, sin antes echar un reojo a Zion que de repente está con el móvil escribiendo algo, en un segundo mi móvil vibra y Zion me vuelve a mirar, yo decido por coger el móvil y cuando voy a mirar veo un mensaje en la pantalla de Zion que dice: Ahora me vas a seguir mirando como lo estabas haciendo antes.

Seguramente que mi rostro es como una estatua, me quedo paralizada y ruborizada, obviamente ya no podía ni mirarle el cuerpo ni a los ojos, solo deseo desaparecer de aquí y no existir. Otro mensaje me llega y vuelvo a mirar:

Zion: Hazlo, ahora que te estoy mirando.

Estoy en shock, ¿Por qué me dice esto ahora?, una corriente de nervios ya se me empieza a formar en el cuerpo. No se si mirarle o no.

Como soy tan inútil decido disimular y acudir a Jade.

— Honey, vamos a por unas bebidas para nosotras — digo y miro por un segundo a Zion que está pendiente en mí con cara de duda.

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