──Ah, si.. Te decía que me salvaste, Quackity. ─arqueó una ceja, normalizando ya el color de sus mejillas y el acelerado ritmo de su corazón──. Ayer cuando volví a mi casa, Selma me estaba esperando ahí. Mi familia la dejó entrar porque ella y sus padres son buenos amigos de la familia, pero pues ella estaba a nada de entrar en celo así que anduvo muy cariñosa cuando me encontraba en la empresa de mi apa y al llegar a mi casa lo intentó también.
¡Por eso la marca de labial! pensó pero no lo dijo, simplemente se quedó admirándolo, esperando que continuara hablando. Si bien todavía no entraba en el tema de conversación, Quackity seguía sin entender porque lo había salvado si lo único que había hecho era llorar como un cachorro abandonado y dormir en sus brazos.
──Cuando volví a casa, ella reconoció tu olor en todo mi cuerpo y ni siquiera quiso acercarse, después simplemente se fue.
Su rostro muy probablemente enrojeció de nuevo a causa de las palabras de Roier, aunque no se sentía mal, estaba feliz de saber que le quitó de encima a la chica esa y por la sonrisa con la que apareció, asumía que también.
──¿A ella le gustas?
──No lo sé, supongo. ─se encogió de hombros, deteniendo el auto en la entrada de su Universidad──. Somos amigos desde hace mucho, nuestras familias viven pensando que seríamos una pareja perfecta, imagino que tanta presión hace que ella lo considere también.
──¿A hecho cosas como esas antes?
──Sí, un chingo de veces ─Roier se acomodó mejor en su asiento, apagando el motor del auto──, pero no es como que me importe, normalmente lo hace cuando está cerca de su periodo de celo, luego se disculpa. Es una buena amiga si quitas las ganas que tiene de lanzarse en busca de un alfa.
──Creo que está solo en busca de ti, no de cualquier alfa.
──Pues la verdad me da igual, no estoy interesado en ella y mi alfa tampoco.
──¿Y siempre es así? ¿Tu alfa y tú suelen estar de acuerdo con sus gustos?
──Nos llevamos mejor de lo que crees, le entrego mi confianza y él no me decepciona.
Roier hablaba con una naturalidad increíble, no se imaginaba que pasaría si él le cediera el mando a voluntad a su omega, seguro para este segundo ya estaría besando los labios del alfa, o rogándole que le lleve con él, que no quería apartarse ni un segundo de su lado, que necesitaba que lo m...
No, no quería que lo mordiera.
Nadie lo iba a marcar nunca más, primero muerto.
──Debe ser lindo llevarse tan bien con ese otro lado. ─suspiró recargandose en el asiento, observando como cada vez la cantidad de personas que llegaban a la Universidad iba aumentando.
──¿Nunca lo has hecho?
──Solo durante el celo, nunca a voluntad.
──Ese otro lado no es malo, Quackity. ─su pulgar acarició el dorso de su mano y solo entonces el más bajo recordó que sus manos aún estaban unidas sobre la palanca. Fue increíble, se sentía tan a gusto que casi ni lo recordaba──. No es como que tu omega vaya a ir y suicidarse, solo hace lo que tu corazón quiere y no te atreves a hacer por miedo.
──A veces el miedo es bueno, Roier, me salva de muchas cosas.
──Confía en tu instinto, tu omega por voluntad propia nunca te llevaría a que hagas algo malo.
¿Qué diría Roier si le dijera que su omega a voluntad ahora quería besar sus labios más de lo que deseaba siquiera respirar?
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© The Perfect Omega | Spiderduck
FanfictionCuando eres la perfecta definición del omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar a el amor de tu vida. Quackity tiene veinte años, un hijo de tres y un lazo roto debido a su ingenuidad. ¿Qué alfa querría encargarse d...