Capitulo 32

462 55 19
                                    

Soltó un largo suspiro al notar que por fin los estúpidos alfas salían de la oficina de su abuelo. No había contado los minutos ni tampoco le importaba hacerlo, pero había esperado fuera de esa reunión por más de media hora y al fin podría hablar con su abuelo sin ser interrumpidos. Él tenía que escucharlo, más allá de la discusión que tuvieron la última vez, no podía dejar de sentirse enojado y traicionado con la situación de Cellbit, aunque para Quackity y para él ya fuera un tema cerrado.

⸺Oh, Roier, tu abuelo ya está~

⸺Si, lo se. ─interrumpió a la secretaria y entró a la oficina, observando rápidamente el asiento principal, con la cabecera dándole la cara, mostrándole la silla de espaldas. Bufó, caminando dentro para cerrar la puerta detrás suyo, apoyándose en ella con los brazos cruzados. Sabía que su abuelo lo había sentido, incluso olido, no es como si estuviera preocupado por controlar sus reacciones en ese momento.

⸺¿Por qué tan enojado, querido? ─giró la silla, mostrándole su perfecta y cínica sonrisa.

⸺¿Preguntas "por qué"? No sé, déjame recordar la razón. ─sus uñas se incrustaron más contra la piel de sus brazos mientras lo miraba directamente a los ojos, sin inmutarse ante el serio gesto que se plasmó en las facciones contrarias──. Tal vez porque le dijeron a Spreen que me dijera que tú y mi papa estarían fuera de la isla para que aceptara ir a ese estúpido viaje, luego me informaron que tú estabas aquí desde ayer en la noche, ¿Qué se supone que estás planeando, abuelito?

El gesto sorprendido de su abuelo no se endureció ni dos segundos antes de convertirse en uno serio y frío. Sabía lo que estaba haciendo, retaba a un alfa en su territorio, e incluso siendo ya uno con bastante edad, el hombre podía ser capaz de romperle la mandíbula por su falta de respeto; sin embargo, no hizo nada. Solo le miró y abrió uno de sus cajones, sacando una cajetilla de cigarrillos para tomar uno y encenderlo.

⸺¿Ves lo que hace ese estúpido omega? ─cuestionò, soltando una bocanada de humo──. Nos está separando, Roier.

⸺No, tú me separas del amor de mi vida, eso haces. ─gruñó y dió un paso hacia adelante, totalmente seguro de mis palabras──. Y te ordeno que pares. Es mi vida, no la tuya, y aunque no me creas lo suficientemente fuerte como tú para soportar todo por mi omega, lo haré, no me vas a separar de él.

⸺¡Es que tú no sabes nada, Roier!

El hombre mayor se levantó de su silla y golpeó con fuerza sus manos contra el escritorio. No se asustó ni reaccionó, o fue al menos eso lo que intentó. Jamás lo había visto tan enojado con nadie, mucho menos con él, pero no había marcha atrás. Ya había decidido eso desde que bajó de su auto frente al enorme edificio.

⸺¿No crees que eres tú quien no entiende?

⸺No, querido. ─su abuelo se volvió a sentar, sacando de su cajón algo que parecían ser unos archivos en una carpeta. Los lanzó sobre el escritorio hasta que estuvieron del otro extremo de él, al alcance suyo. La miro, pero no iba a dar ni un solo paso más hacia adelante, ni aunque ahí encontrara la respuesta a todos sus problemas──. ¿Sabes quién eres, Roier? ─iba responder a la estúpida pregunta cuando fue su misma voz la que se encargó de callarlo antes de siquiera decir nada──. Tú eres el hijo de los dueños de todo esto, tienes el apellido más poderoso de todo este lugar. ─hizo una pausa, mirándole a los ojos──. Naciste para ser el alfa más poderoso que pueda existir.

Eso no era cierto, pensó.

⸺Claro que–.

⸺¿Y sabes quién es Alex Nevadas? ─le señaló con ayuda de su mano la misma carpeta que había sacado anteriormente──. Un omega cualquiera de veinte años. Fotógrafo de la revista Chronicle Live. Ese chico es un omega ordinario.

© The Perfect Omega | Spiderduck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora