Capitulo 39

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⸺¿Estás bien, mi amor?

⸺Ujúm. ─suspiró, sintiendo la respiración de Roier entre su cabello. Aunque le dolía un poco y se sentía sucio, no tenía intención de moverse de sus brazos. Se había hecho un ovillo junto a él en la cama, con la cabeza apoyada en su pecho mientras le acariciaba suavemente la parte baja de su cabello, cerca de la nuca. Sus dedos masajeaban el pecho desnudo del alfa castaño mientras ambos respiraban en un silencio completo, relajados.

Sabía que necesitaban hablar, pero no quería iniciar una conversación que los llevara a recordar momentos que los habían separado. Roier ya parecía estable y, aunque lo sentía tranquilo, imaginaba que él también quería ser escuchado, así como también escuchar su propia versión de la historia.

⸺Fue mi abuelo. ─dijo el castaño tras unos segundos donde el silencio reinó. Quackity soltó un suspiro profundo sin detener sus manos, notando cómo el cuerpo de su novio se tensaba ligeramente y su corazón se aceleraba. Sentía cada uno de sus latidos, incluso sin estar demasiado cerca.

⸺No tenemos que mencionar eso si no quieres. ─levantó la mirada y le dio un beso suave en la barbilla, rozándola después con la punta de su nariz, sintiendo el leve escozor de su barba, lo cual le causó cosquillas. ──No estoy enojado.

⸺No, pero yo sí. ─respondió Roier, su tono firme aunque sus manos seguían acariciando con suavidad el cabello del azabache, relajado. ──Juro que... Te juro que tenía tantas ganas de matarlo, y aún ahora, solo de pensarlo, quiero hacerle daño, Quackity... Quiero que pague por todo lo que te hizo.

⸺Nos hizo.

⸺Sí, pero tu dolor es el que me destroza el alma, no el mío. ─el alfa moreno suspiró y bajó la mirada, encontrándose con los ojos de su pequeño novio cuando éste se apartó un poco, apoyándose sobre su antebrazo. ──Cuando me enteré que estabas sufriendo, yo... Perdí la cordura. ¡Nunca me había pasado!, jamás me sentí tan... Salvaje o enloquecido, pero me juré que mataría al causante de tu sufrimiento, y tuve que descubrir que mi propio abuelo había planeado todo eso.

⸺Hey... Está bien. ─Quackity frotó suavemente su rostro contra el pecho de su pareja, tratando de calmarlo. ⸺No te alteres de nuevo... Por favor, te hace daño pensar en eso, no lo hagas.

⸺Estuve a nada de perderte. ─Roier continuó. ⸺¿Y si ya era demasiado tarde? Si cuando llegaba ya no estabas... o algo peor... Y encima, lo que ocurrió con Tilin...

⸺Tilin está bien. ─aseguró Quackity. ⸺Él está en un lugar donde lo están cuidando. Roier, quiero tenerlo en mis brazos tanto como te imaginas, pero si te alteras podrías hacer una locura, y no quiero que eso pase. Eres un alfa, y perdón, pero no suelen tener el mejor autocontrol cuando se trata de enojo.

Se repetía una y otra vez que su pequeño hijo estaba bien, porque de cualquier modo, enfrentarse a la ley era un plan suicida y sin sentido. No quería eso. Quería a su bebé consigo, pero sin la necesidad de huir. Con Roier allí, ya no había razón para escapar.

⸺Bueno... Has sabido controlarme bien. —su alfa sonrió de medio lado, sacándole una sonrisa a él también.

⸺Sí, pero se me agotaron las baterías, así que será mejor que te relajes, galán. ─sus labios se encontraron apenas terminó de hablar, disfrutando del sabor que ya le pertenecía y del delicioso aroma de su compañero que llenaba la habitación. ⸺Es cierto... Tengo que curarte los nudillos.

⸺Están bien... Spreen se encargó de ellos cuando me salvó.

⸺Bueno, Spreen es... ¡Oh mierda, Spreen!

Sin atender la pregunta que escapó de los labios de Roier después, intentó levantarse de la cama, pero al sentarse, un intenso dolor en la parte baja de su espalda lo hizo caer de nuevo al lado opuesto. Gimió, y Roier gruñó, levantándose para tomarlo de nuevo en brazos y devolverlo a su posición anterior: entre sus brazos.

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⏰ Última actualización: Nov 07 ⏰

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