Roier pov.
Loco no era una buena definición para él, loco por Quackity se acercaba mucho más. Sabía que existían demasiados alfas que después de haber mantenido relaciones sexuales con el omega que cortejaban, solían aburrirse y buscar una nueva presa; con él estaba ocurriendo exactamente lo mismo... pero al revés.
Si existía alguna razón por la que quería golpear a Spreen hasta desfigurarlo, era porque su deseo por tener a Quackity cerca había aumentado mucho desde esa noche, antes podía controlarse mejor, sabía que debía ser paciente e ir con cuidado para no asustarlo; sin embargo, ese día marcó un antes y un después en su conducta. Ya no podía controlarse, quería tenerlo entre sus brazos a cada hora posible, y todo sin la necesidad de marcarlo aún.
Sabía que cuando le preguntó si sabía realmente quién tenía el poder cuando se trataba de amor, Quackity no entendió la pregunta y tampoco esperó una respuesta pues con el tiempo lo descubriría, eso sí le permitiría acercarse, más de lo cerca que se podía considerar el mantener un beta aun cuidando su casa desde esa vez, o pasar repetidas veces en su auto por las calles que rodeaban la casa cuando iba a la oficina, con la única esperanza de verlo aunque sea por coincidencia.
Se concentró en pensar que no se trataba de acoso, sino solo cuidar a quien algún día le pertenecería por completo, estaba asegurándose de que estuviera bien y que no le faltara absolutamente nada, es todo.
Gruñó cuando escuchó el celular, estaba buscando exactamente que ropa usar para ese día, no era una cita cualquiera la que tenía. Sin pensarlo, observó el nombre de su mejor amigo y contestó sin dudarlo, algo importante tendría que decirle.
──¿Qué quieres, Spreen? Estoy ocupado.
Puso el teléfono en voz alta y lo lanzó sobre la cama, pensando en si llevar un traje o una vestimenta más casual.
──¿Qué quiero? Es joda, ¿no? ¿Recuerdas que tenemos una reunión hoy?
──¿Y recuerdas que te dije que ya tenía planes para hoy? No lo sé, cúbreme wey, confió en ti.
──Dale, lo haré, no recordé lo de tus planes. ─su tono enojado cambió a uno mucho más gracioso o ridículo, "pícaro" como él le decía──. ¿Y? ¿me podés decir de qué son?
──Iré a ver a Quackity.
──¿Quackity? ¿Alex "Sé que debo llamarte yo pero nunca lo hice" Quackity? ¿ese Quackity?
──¿Cómo sabes su nombre?
──Soy bueno investigando.
──No te di permiso para que lo investigues.
──Boludo, no te lo voy a quitar si eso pensás ─bufó, no permitiría que nadie se lo quitara de todas formas──. Es solo que fuiste muy vago cuando me hablaste de él, necesito saber más del pibe que cautivó el corazón de condominio de mi mejor amigo.
──Andale sí tú, no tiene nada que ver que Selma te haya dicho que es el mismo chico con el que salí de la exposición esa noche, y que en parte te está rogando para que sepas más de él.
──De acuerdo, culpable. Pero no solo es Selma, tu papá quiere que hablen. ─sonrió al darse cuenta que su abuelo no estaba enterado de nada, eso era bueno, al menos por el momento.
──Lo sé.
──¿Y por qué no lo llamas?
──No puedo hablarle si no consigo que Quackity sea mi novio primero, o sea, yo sé que será mío tarde o temprano, pero quiero ver la expresión de mi papá cuando se lo diga.
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© The Perfect Omega | Spiderduck
FanfictionCuando eres la perfecta definición del omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar a el amor de tu vida. Quackity tiene veinte años, un hijo de tres y un lazo roto debido a su ingenuidad. ¿Qué alfa querría encargarse d...