ADOP. 2

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-¿Hola?- preguntó a la otra línea al contestar el insistente tono de llamada- ¿Quien habla?

-Oh JongIn, por fin contestas cariño...

Kim cruzó el entrecejo al identificar la voz proveniente de la otra linea, aquella voz suave y con un toque "elegante", tan característico de la mujer que lo tuvo y lo crió hasta hacerlo el hombre que es en la actualidad.

-Madre... ¿como estas? -preguntó un poco desorientado, el pelinegro sabía perfectamente porque su madre lo estaba llamado de repente.

-Muy bien querido, la vida en parís es fantástica -habló lentamente, no perdiendo en ningún momento la finura al hablar.

-¿Como está...-dejó al aire la pregunta, rezando por que su madre entendiera a que se refería a aquel alfa, aquel que su madre llamaba esposo y el que se supone que era su padre.

Pero...

¿Era correcto?

Aquel hombre de negocios, frió, calculador, lo que parecía un hombre carente de emociones desde que él tenía memoria.

"JongIn haz esto" "JongIn haz lo otro" "tienes que hacerlo perfecto" "vas a estudiar economía porque tu seguirás mi legado" "todo, absolutamente todo depende de ti ahora" "si fallas dejas de llamarte mi hijo"

Todo lo que el hiciera estaba completamente mal para su padre, todo...

¿Lo mas frustrante?

Pues estaba el hecho de él siempre había soñado con ser bailarín.

¿Pero eso no son cosas de alfas, verdad?

De la secundaria directo a la universidad y de la universidad directo a una carrera de economista.

¿Lo odiaba?

No, definitivamente con el tiempo había agarrado un gusto por su trabajo.

¿Era feliz?

Je, definitivamente tampoco, a pesar de haber desarrollado algún tipo de cariño por su oficio, siempre estaba ahí el deseo de su sueño frustrado, latente como siempre y presente como nunca.

-Tu padre se encuentra bien, acabamos de regresar del club de golf y de la cena con los dueños del establecimiento, fue tan marav-

-Mamá, ¿para que llamaste? -cortó la charla de su madre en seco, no estaba interesado, sabía con antelación que su madre se tomaría horas de su vida y de su tiempo en contarle de manera pedante todo lo que hizo en el día y las de ciento de personas multimillonarias con las que se codea los 365 días del año, personas hipócritas, personas que no te consideran importante si no tienes una cuenta bancaria en la cual descanse millones y millones de dolares.

-Pues... solamente quería llamarte-dijo desde la otra linea, Kim percibió el tono triste de su madre. Él no quería para nada ser descortés o maleducado con la persona que le dio la vida, pero sabía perfectamente que su madre nunca lo llamaría por temas así, jamás lo ha llamado para tener una charla amena, él sabía que la única finalidad de aquella llamada solo tenía una palabra; dinero.

-Dime cuanto necesitas...-cortó de una, quería finalizar la charla y dejarle las cosas más fácil a su madre, evitando a toda costa la conversación que se daba todos los meses con la única finalidad de lo económico.

-Docientos cincuenta mil dolares para antes de finalizar este mes -dijo o más bien demandó, eso era una cifra demasiado grande, si se ponía a pensar... con esa cantidad podría mantener a 10 familias por todo un año.

-¿Que? -soltó una escasa risa con incredulidad- Los puntos de venta que están en Estados Unidos e Inglaterra no han juntado esa cantidad de dinero -pausó un momento tratando de mantener la calma- No juntarían eso ni en 3 meses de producción.

𝐀𝐃𝐎𝐏 ||  𝙺𝚊𝚒𝚂𝚘𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora