ADOP. 23

306 35 0
                                    

1 mes después

Un intenso frío se apoderaba de las calles de Seúl. Una fresca y helada ventisca movía las pocas hojas de la copa de los arboles que aún se aferraban, no aceptando su cruel destino de marchitarse completamente y pasar a ser parte del frío y anaranjado suelo.

Las aves no hacían acto de presencia con su melodioso canto a pesar de ser lo suficientemente temprano como para que aún estas tengan que desaparecer en sus nidos y descansar junto a sus pequeños polluelos.

El suave pero muy frío viento traía consigo nubes demasiado grandes y grisáceas, demostrando a gritos que pronto iba a llover y que no tenía intención de parar en toda la noche, algo que parecía inapreciable para el alfa y el omega, quienes estaban sumergidos profundamente en la trama de la infantil película.

-No entiendo porque Mufasa arriesgó su vida de esa manera- dijo suavemente el alfa, viendo la triste escena de una de las películas infantiles más iconicas- ósea... entiendo que sea su hijo, pero yo no daría mi vida por la de un cachorro- expresó fríamente, no quitando la vista del televisor en ningún momento.

El alfa desvió su mirada unos segundos, viendo de soslayo al pequeño omega, quien había bajado la mirada, pareciendo ya no prestarle atención a la película.

El alfa abrió un poco los ojos y tragó duramente, recordando como siempre a último momento la condición de embarazo del omega y todo el pasado de este...

Se removió en el cómodo sofá para luego carraspear, queriendo golpear a su tonto alfa por ser tan brusco con las palabras y no ser consciente de que aquellas duras palabras podían afectar o ofender de alguna manera a KyungSoo, quien ahora mismo portaba una pequeña vida en su vientre...

Suspiró pesadamente, colocando sus manos en su rostro y frotándolas con fuerza, sintiéndose idiota por retroceder de esa manera con el omega, el cual le había costado semanas que le dirigiera la mirada o siquiera un poco de sus palabras.

Sacó sus manos de su rostro para dirigir su lastimera y arrepentida mirada al omega, qué tal vez no estaba interesado en sus disculpas, pero el alfa sabía que si por lo menos no intentaba disculparse no podría dormir con el remordimiento.

-KyungSoo...-murmuró su nombre en un suave pero áspero tono, lo suficientemente alto como para que el omega lo mirara por una milésima de segundo con la cabeza aún gacha, indicándole que estaba prestándole atención- escucha, yo no quise decir eso, más bien a lo que me referi-.

-A veces... cuando la vida te quita todos los ánimos para seguir luchando, para seguir de pie o simplemente para seguir en este mundo...-interrumpió el omega con un tono muy irregular, sorprendiendo al alfa por escuchar salir de los labios del omega más que simples monosílabos- sientes que dentro tuyo hay una pequeña parte de ti que crece poco a poco y te da la fortaleza de seguir en pie y no dejarte morir... porque tal vez a pesar de que aveces pueda sentirme asustado, horrorizado y muy negado a la idea, en el fondo deseo con todo mi corazón que en el futuro el o ella pueda superarse y ser una mejor persona, una mucho mejor que yo, una que no cometa los mismo errores que yo y no se vea en la horrible situación de sentirse hundido en un pozo sin salida...

El omega terminó su ultima frase en un hilo de voz, para luego poner su pequeña mano en su vientre y acariciarlo levemente, provocando que el alfa sintiera una fuerte incomodidad en sus nariz y sus ojos, quienes lucharon fuertemente por no derramar ninguna lagrima...

Carraspeó suavemente, sintiendo como un nudo se había instaurado desde que las primeras palabras salieron de los labios del pelirrojo.

De pronto se vio en una situación incómoda y triste, una en la cual el pelinegro no se atrevía a romper, viendo como el omega seguía sin levantar la mirada, sintiendo en el aire el claro aroma de KyungSoo con suaves atisbos de tristeza y desilusión...

𝐀𝐃𝐎𝐏 ||  𝙺𝚊𝚒𝚂𝚘𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora