ADOP. 14

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El sonido de la fuerte lluvia golpeando el sucio cristal hacia sentir impaciente al pequeño omega, quien se resguardaba en una esquina de la maltratada y pequeña casa, la cual estaba descuidada y dañada, llena de botellas de alcohol vacías, algunas estando rotas y otras llenas de polvo por todo el tiempo que llevaban tiradas.

El pequeño omega se arrinconó mas contra la pared, sintiendo el frío calar por su cuerpo y como el miedo hacía estragos en su estomago. Se abrazó con fuerza, brindándose auto calor, concentrado lo más que podía de la débil sensación cálida en su vientre levemente abultado.

Un fuerte trueno sonó con fuerza, haciendo saltar del miedo, derramándose de su ojo una pequeña lágrima, temiendo que la tormenta se significa el regreso de su alfa.

Su estomago sonó con fuerza, teniendo tanta hambre que podría comerse una vaca entera él solo. Agarró su cabello con fuerza, manteniendo una mano en su vientre, sintiendo como el pequeño cachorro que crecía dentro de él se movía lentamente, probablemente sufriendo los iguales estragos de no haber probado alimento en días.

Lloró, lloró por miedo, lloró por impotencia, por los golpes, por el hambre, pero sobre todo lloró porque su pequeño cachorro estaba muriendo lentamente y él era tan inútil y débil que no podía hacer nada al respecto.

-Perdóname...-murmuró bañado en lagrimas, abrazando su pequeño vientre, sintiendo como los espasmos no paraban.

De pronto el sonido del cerrojo de la puerta alarmó al menor, quien abrazó con fuerza sus piernas y por instinto protegió su vientre.

La puerta fue abierta con violencia, exaltado al omega, quien trataba de prepararse para lo que venía a continuación, viendo como su alfa entraba acompañado de otro hombre.

-¿A que es muy bonito? -habló con voz gruesa y algo distorsionada por todo el alcohol que tenía en sangre.

-Es muy lindo, tenías razón JungHee -habló esta vez un hombre con barba y que se veía muy mayor, claramente alfa y también con mucho alcohol encima.

-Bien, todo tuyo -habló el alfa menor, empujando levemente al otro alfa dentro de la habitación, sonriendo con malicia al omega que se encontraba horrorizado por lo que acababa de decir.

El hombre mayor se sacó rápidamente su camisa manchada en alcohol y suciedad, viendo con lascividad al pequeño omega indefenso, haciendo gesto obscenos con su lengua que solo lograban asquear al pequeño.

-No no, espera...-paró el alfa menor el acercamiento del viejo, haciendo tragar duramente al omega en relajo al pensar que se había arrepentido de hacerle algo como eso, sintiendo en su corazón que su alfa no era tan malo -primero págame lo que acordamos -habló el alfa, extendiendo la mano y esperando que el alfa mayor sacara un fajo de dinero de su pantalón -que tengas una linda velada.

El alfa sonrío, saliendo de la habitación rápidamente, rompiendo en miles de pedazo más el corazón del omega, quien soltó un grito al escuchar como la puerta era puesta bajo llave, dejándolo completamente solo y encerrado con aquel alfa mayor.

-¡JungHee! ¡JungHee, por favor no me dejes aquí! -gritó en desesperación, golpeando y arañado la madera de la puerta, siendo completamente ignorado, solo logrando lastimarse las manos con los fuertes golpes en la dura superficie -¿¡Porque me haces esto!? -gritó antes de sentir como era agarrado con fuerza y amordazado.

El pequeño omega gimió de dolor dentro suyo, sintiéndose asqueado y desesperado por salir de esa situación.

-¿Que ocurre pequeño omega? ¿Estás asustado?- preguntó el alfa, apretando con fuerza en la mandíbula del menor, impidiéndole gritar y incluso respirar adecuadamente- descuida, yo te haré sentir bien -dijo con lujuria, lamiendo y chupando de manera morbosa el lóbulo de la oreja del menor bajándose la bragueta del pantalón, posicionando al pequeño en cuatro duramente en el suelo.

𝐀𝐃𝐎𝐏 ||  𝙺𝚊𝚒𝚂𝚘𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora