ADOP. 3

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Kim suspiró, hoy tenía una cena con los proveedores de insumos de Inglaterra, sin embargo no tenía ganas de probar bocado.

Era las 14:45 y todavía no había salido de aquella oficina. seguía mal, ¿que iba a hacer con la gran mentira que le tiró a su madre?

Recostó su cabeza en el respaldo de la silla y comenzó a analizar sus posibilidades.

Era posibilidad: Bueno, estaba sus modelos de medio tiempo, todas aquellas omegas modelos que babean cada vez que le hablan de dinero.

Pro: No tendría problema en conquistarla, todas mueren porque les haga caso y hacerse las futuras herederas de toda la riqueza de la familia KIM.

Contra: Les desagrada las personas interesadas.

Si, todas aquellas omegas que le mismo contrato tenían cuerpos hermoso y finos, dignos de una diosa de alguna leyenda mitológica, ninguna era igual a la otra, todas tenían atributo hermosos... pelo rubio, castaño, negro e incluso rojo, todos los colores de ojos y distintos tamaño de atributos.

Pero...

Todas ellas compartían algo en común.

Su olor, aquel aroma tan característico de cada omega, todos y cada uno de los olores se sentían tan artificiales, tan intensos y sofocantes... solo le daba ganas de taparse la nariz, se sentía asqueado con tan solo imaginarse despertando todas las mañana con aquel tan intenso aroma.

Luego estaba la 2da posibilidad... osea, salir, conocer y enamorarse de alguna omega cualquiera... aunque si era sincero, su plan se reducía hasta la llegada de sus padres, la presentación de "su omega" y luego le eliminación de dicha omega.

Básicamente solamente la estaría utilizando...

Y se sentía mal por eso, no quería hacer florecer sentimiento en alguna omega para luego deshacerse de ella como simple basura estorbosa.

Pero... prefirió asumir el odio de alguna omega a la decepción de sus padres.

El pelinegro pestañeo varias veces y suspiró largo y pesadamente.

Su 3ra opción era...

Carraspeó, interrumpiendo sus propios pensamientos, no podía poner esa idea como una posibilidad... ¿verdad?

Centró su vista a la nada, pensándolo mejor... ¿que tan mal estaba la idea?

Se levantó de golpe y dirigió su vista hacia aquella pequeña papelera alejada de donde el estaba ubicado.

¿Debería tomar el consejo de su mejor amigo?

Suspiró hondo antes de caminar hacia la papelera, no soportando más la sensación de cosquilleo en sus pies, rebuscó un poco entre la basura y la encontró ahí, tal y como la había tirado el día que rechazó sin pensar la idea de hoseok.

-A.D.O.P...-leyó la tarjeta nuevamente, si era sincero le daba mala espina.

Pero...

¿Que podía perder con averiguar más sobre aquella rara asociación?

No lo pensó más, ya estaba harto de lo revoltoso que se sentía su lobo, y si esa maldita asociación podía ayudarlo por lo menos hasta que sus padres vuelvan a desaparecer de su vida iba a hacer lo que sea necesario.

-Minji, cancela todas mis citas -demandó con dureza a su secretaria por el micrófono de presidencia.

-¿Y la cena con los proveedores señor? -preguntó con aquella voz seductora, tan característica de ella.

𝐀𝐃𝐎𝐏 ||  𝙺𝚊𝚒𝚂𝚘𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora