ADOP. 20

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Pov JongIn:

Salí del hospital unos minutos después de la extraña salida del alfa de Minseok, luego de ayudar a ambos omegas a limpiar los cristales rotos y recibir mil disculpas por parte de Min, quien no lograba aun comprender el comportamiento de su esposo, decidí regresar a casa, a sabiendas de que probablemente KyungSoo ya había despertado de su largo sueño.

Caminé por el estacionamiento oscuro para llegar a mi auto, tararee una canción de un comercial pegajoso para eliminar el nerviosismo que de pronto me golpeó en el cuerpo.

Me subí a mi auto, mirando antes para atrás, sintiendo una rara sensación en el estomago y en el pecho. Sentí a mi lobo gruñir en recelo hacia la nada misma, extrañándome porque sentía lo mismo que el, sin embargo no había nadie al mi alrededor y eso solo hacía confundirme.

Giré la llave del auto, prendiéndolo, sintiendo en todo momento como si uno o más par de ojos estuvieran observándome. De pronto mi lobo bramó en alto, poniéndome en alerta, teniendo una extraña sensación, o más bien un presentimiento que llegó a incomodarme, haciéndome querer llegar a mi casa lo más pronto posible.

Traté de ignorar la sensación amarga, poniendo el auto en marcha y emprendiendo mi camino hasta mi casa, impaciente por llegar y comprobar el estado de KyungSoo...

***

Narrador Omnisciente:

Tomó la llave digital del departamento y la pequeña bolsa de la pastelería, en donde había parado para calmar su nerviosismo, tratando de calmar a su lobo con el dulce aroma de los pasteles y el café, haciéndolo recordar aquellos hermosos recuerdos en donde él era "libre" y disfrutaba de su libre albedrío.

Decidió comprar un pastel de fresas y crema, uno de sus favoritos cuando era un niño y que recordaba comer todos los fines de semana luego de una dura semana completa en el instituto.

Caminó por el extenso y también poco iluminado estacionamiento, aferrando su mano a la pequeña bolsa, sintiendo como los latidos de su corazón se aceleraban extrañamente.

-Tranquilízate...-se dijo a si mismo, regañando a su lobo, quien no paraba de gruñir en lo bajo por sentirse constantemente observado- si sigues así solo lograras asustar a KyungSoo- advirtió con obviedad, logrando callar a su lobo.

De pronto el alfa escuchó como unas pisadas rápidas pasaban detrás suyo, haciéndolo parar en seco y voltear rápidamente en un seco y rápido movimiento, listo para enfrentar al beta o alfa que se atreva a ponerle una mano encima.

Sin embargo no había absolutamente nadie. Gruñó guturalmente sintiendo el enojo calar por su garganta, seguro de que no estaba loco y mucho menos paranoico.

Soltó el aire que mantenía contenido en sus pulmones, aliviándose un poco, pero poniéndose igual de alerta que su lobo.

Subió por las escaleras del edificio, ya no sintiendo esa extraña y incómoda sensación picar en su estomago.

Caminó por el largo pasillo, viendo su puerta en el final del pasillo...

Pero paró en seco, viendo como la puerta en la distancia estaba levemente abierta.

Tragó duramente, sintiendo como su respiración se iba por un segundo y como un escalofrío se apoderaba de él y todos sus sentidos.

Corrió rápidamente hacia la puerta, sintiéndose cada vez peor al recordar perfectamente como él había cerrado y puesto bajo llave la puerta.

La abrió lentamente, percibiendo con dolor como su lobo bramaba en desconfianza. Ingresó completamente, cerrando la puerta detrás de él, viendo y comprobando con sus ojos que todo se encontraba normal, tal y como lo había dejado antes de irse hacia el hospital. Suspiró en alivio, dejando el pequeño pastel en la mesada, exhalando con cansancio y sentándose en su sofá.

𝐀𝐃𝐎𝐏 ||  𝙺𝚊𝚒𝚂𝚘𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora