Planeaba ocultarle la situación a mi padre, pues sé que, si logra saber la verdad, no va a dudar en castigarme. Esta situación puede causarme problemas; acabo de usar una táctica que se supone que no use en una persona que no quiero matar. Todo pasó tan rápido, que no medí mi fuerza.
La bienvenida que recibí por parte de mi padre fue un sólido puñetazo en el rostro.
—¿En qué demonios pensabas, John? Tus órdenes eran muy claras y simples. No llevas ni dos semanas en ese maldito colegio y acabas de hacerle daño a alguien. Te acabas de delatar sin darte cuenta. ¿Crees que una persona normal va a atacar a otra de la forma que lo hiciste? Si ese muchacho se muere, vamos a tener problemas.
—¿Cómo supiste?
—Te tengo vigilado, idiota. Ruega de que ese muchacho no le pase nada, o de lo contrario, vas a pagar también. ¿Quedó claro?
—Sí, papá.
—Arrodíllate — ordenó.
Ya sabía lo que venía, así que lo hice sin protestar. Si no lo hago, será peor.
Me puse de rodillas, despojándome de la camisa.—Cuenta hasta veinte.
Comencé a contar y la suela punzante de su zapato la golpeó contra mi espalda. Sus zapatos tienen una especie de pequeñas navajas para defenderse, en caso de que algún enemigo trate de atacarlo y él no tenga un arma encima.
No era nada diferente a lo que estaba acostumbrado; normalmente me daba de 50 a 100, pero dado el caso, supongo que está ahorrando los demás por si ese idiota se muere.
Traté de no quejarme, no puedo negar que dolía demasiado, pero ya era un dolor a lo que me había poco a poco acostumbrado.—No volveré a equivocarme.
—Quiero que te acerques a la chica.
—¿Qué?
—Quiero que te acerques a esa chica. Ahora que hiciste eso, si te manda a investigar con su padre, tendremos problemas. Vas a tener que mantenerla tranquila, al menos, mientras terminas lo que queda de semestre. Luego de eso, nos vamos a encargar de matarla.
—¿Puedo levantarme?
—Sí. Habla con la sirvienta para que te cure esas heridas.
Fui donde la sirvienta y fue quien desinfectó mis heridas. Estas heridas son lo único que me hacen sentir vivo.
×××
No hubo necesidad de ir a buscarla, ella misma vino a mí. Se vería muy sospechoso que luego de tratarla tan mal, quiera hacerme el buen amigo con ella.
—Toma— me dio una caja blanca con una cinta roja alrededor.
—¿Y esto qué es? —nunca había visto algo parecido.
—Es un regalo. Son unos chocolates que hice yo misma. Quería agradecerte nuevamente por lo que hiciste ayer.
—No tenías que molestarte.
Planeaba decirle que no me gustan las cosas dulces, pero en realidad, no podía hacerlo. ¿Cómo puedo decir que me gusta o no, algo que nunca he probado?
—¿Quieres salir conmigo? — le cuestioné directamente, sin perder tiempo.
Fue la mejor forma que conseguí para tenerla cerca. Nunca le he pedido a nadie eso y, tampoco sabía que debía decir, así que dije las cosas como son, nada de rodeos.
—¿Qué? — se mantuvo sorprendida por un instante, y luego sonrió—. ¿Ya tan rápido caíste?
Hubiera querido responderle eso, pero me contuve y solo fingí una sonrisa.
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Alma Negra (EN PAUSA)
ActionUna alma inocente y pura se ve gradualmente corrompida por la maldad, perdiendo el brillo en sus ojos mientras un caparazón se forma en su corazón para evitar la traición a toda costa. Encerrado como un águila enjaulada, su existencia se consume con...