—En realidad, no sé.
—Por supuesto que sabes. No quiero presionarte, pero estamos en una situación de vida o muerte, donde nuestra hija corre peligro.
—Primero que nada, no hace falta tener dos ojos en la puta cara para darse cuenta de que ese viejo podría estar involucrado, no obstante, no me consta que sea la cabecilla, pues jamás vi el rostro de quien daba las órdenes y me tuvo retenida en ese lugar, solamente oía a sus peones referirse a su líder como “Regens”, lo que significa algo así como “el regente”.
—Dijiste que el emblema lo habías visto en ese lugar, ¿cierto? ¿Qué era ese lugar donde te tenían?
—Salgamos de la habitación. No quiero que la niña escuche esto.
Salimos de la habitación, encerrándonos en la del lado. El tiempo seguía corriendo, teníamos que pensar en algo, pero su interrogatorio no se hizo esperar.
—El interior parecía una clínica, aunque el personal que allí había, no era para nada profesional, tampoco fanáticos de la limpieza que digamos. A estas alturas, intuyo que podría tratarse de alguna clínica clandestina donde llevan a ciertas personas para deshacerse de ellos, al mismo tiempo que disponen de sus órganos para la venta en el mercado negro.
—¿No recuerdas cómo llegaste allí?
—Mis recuerdos son vagos. La realidad es que no recuerdo cómo llegué, solamente cuando, por desgracia, desperté en aquella habitación de paredes sucias, manchadas de sangre, excremento y orina. Era hedionda y estaba repleta de cadáveres en cada esquina. Cada parte de mi cuerpo dolía, como si me hubieran dado una paliza. Ajeno al lugar, o a la razón por la que estaba allí, mi primer pensamiento fue mi bebé.
—Entonces, ¿sí estabas embarazada? —su voz apenas fue un susurro.
—¿No lo sabías?
—No, nunca me dijiste nada. ¿Y cómo ibas a decirme? Después de todo, estábamos enfrentándonos a nuestros enemigos. Si hubiera sabido, yo… no te habría puesto en peligro bajo ninguna circunstancia.
—Eso no viene al caso ahora.
—Es el segundo bebé que perdemos. Por supuesto que viene al caso.
—¿El segundo? ¿Y qué pasó con el primero?
Permaneció en silencio unos segundos que parecieron décadas.
—No hablemos de eso ahora—bajó la cabeza, como si hubiera algo más, pero no quisiera hablar sobre ello.
—Bien. Me debes una explicación y espero que el día que te la pida, estés dispuesto a darmela.
—Está bien.
Suspiré.
—No sé cuántas horas transcurrieron estando amarrada y amordazada, cuando llegó uno de los tantos hombres que trabajaban allí. Me transportó en la camilla a otro cuarto mucho peor, comparado al primero, creo que aquel habría estado mucho mejor. A diferencia de aquel, este tenía muchas herramientas quirúrgicas, en su mayoría, sin esterilizar y sucias. Se notaba a leguas que estas jamás habían tocado agua. Además, la decoración, las estatuas que había alrededor, no me hacían sentir cómoda. En fin, nunca me dijeron la razón por la cual me lastimaron tanto, pero para mí estaba claro que me odiaban a muerte y que su meta era destruirme y quitarmelo todo. Y lo lograron, esos infelices me dejaron sin nada—me levanté la camisa, mostrándole solo una parte de las cicatrices de mi abdomen—. No solo me hicieron cada una de estas heridas a sangre fría, sino que me arrebataron a esa semilla que germinaba en mis entrañas, dejándome completamente vacía por dentro, no obstante, haber desentrañado esa semilla y arrebatarme el privilegio de ser madre, no fue suficiente, sino que aplastarla y quemarla ante mis ojos les brindaba un retorcido placer, pues todavía hoy, puedo escuchar sus risas malvadas y burlonas.
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Alma Negra (EN PAUSA)
ActionUna alma inocente y pura se ve gradualmente corrompida por la maldad, perdiendo el brillo en sus ojos mientras un caparazón se forma en su corazón para evitar la traición a toda costa. Encerrado como un águila enjaulada, su existencia se consume con...