John
En la madrugada nos dirigimos al aeropuerto, y obviamente Kwan vino con nosotros. Nos cubrimos los tres, para así ocultar nuestra apariencia. Me aseguré de que trajeramos todo lo necesario con nosotros.
Durante el viaje, retocamos el plan y aclaramos algunos puntos. Luego, nos dirigimos a una casa humilde, la cual no llamaría la atención y podíamos quedarnos a prepararnos completamente. Entre menos en cantidad fuéramos, más seguro sería. No puedo permitirme que algún inepto eche a perder la misión.
Preparé el armamento y Kwan se encargó de darle una última ojeada a los explosivos, mientras que a Daisy la mandé a descansar un poco más. Esta noche será la vuelta y no puedo negar que aún estoy nervioso. Es como un mal presentimiento aquí en el pecho y quiero pensar que son los mismos nervios los culpables de eso.
Fui a encontrarme con Daisy mientras dormía y me senté en la esquina de la cama. Ha estado teniendo tantas dificultades por mi culpa, aun así, ella permanece al lado mío igual.
—Te debo mucho y debo compensarte por todo lo que has pasado y soportado por mi culpa— le di un beso en la frente, y salí de la habitación.
Las malas decisiones del pasado, tarde o temprano, siempre terminan afectándote en el futuro; antes no podía notarlo, pero ahora sí.
Durante el día no pude descansar nada, a pesar de haber tratado de hacerlo. Ya era de noche, nos alistamos para salir al muelle y nos mantuvimos algo distantes viendo el movimiento que había.
—Nos mantendremos en contacto en todo momento por el micro. Son a prueba de agua y transparentes, nadie sabrá que los llevan puestos—observé a Daisy—. No te quites la gorra por nada del mundo. Ya saben que no podremos estar tan juntos cuando lleguemos al yate. Cada quien tendrá que fingir ser parte de su gente. Tenemos exactamente quince minutos, mientras Kwan se encarga de colocar los explosivos. Él estará por debajo del yate y tenemos que utilizar ese tiempo para vigilar que todo esté en orden. Por lo que vi, son dos hombres en cada lancha, así que Kwan tendrá que ocultarse mientras nos acercamos al yate. Según lleguemos a la isla, Daisy y yo nos infiltraremos en el yate. Esperarás mis órdenes y no actuarás por tu cuenta. Nada de hablar con nadie, y más importante, procura no llamar la atención. Si nos descubren, será algo complicado salir bien de esta. Tenemos que ser lo más sigiloso posible. Tan pronto Kwan termine, nos bajaremos en la isla para no llamar mucho la atención y nos mantendremos vigilantes. No podemos abandonar el área o sospecharán. Debemos actuar como si nada estuviera pasando—le extendí un arma, pero con el silenciador ya puesto—. Esta arma la vas a usar solo en caso de que las cosas se compliquen. Tendrás también una cuchilla, la cual usaremos para dar de baja silenciosamente. ¿Todo claro hasta ahora, Daisy?
—Sí, John.
—Toma— le pasé la cuchilla—. Protégete, cosita. Si algo sucede, por lo más mínimo que sea, avísame e iré a donde estés, ¿de acuerdo?
—¿Así como los superhéroes? —rio.
—Se podría decir que sí. No te arriesgues demasiado y sé una buena chica— le apreté el cachete, y sonrió.
—Lo seré, capitán— se paró de puntitas, y me dio un beso.
Kwan carraspeó, y ambos lo miramos.
—No están solos, ¿lo saben?
—Lo siento, no le presto atención a lo que sobra—Daisy me pellizcó el hombro.
—Compórtate— me miró seria.
—Nos vamos.
Nos acercamos sigilosamente al área del muelle y nos escondimos detrás de unas palmas.
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Alma Negra (EN PAUSA)
AcciónUna alma inocente y pura se ve gradualmente corrompida por la maldad, perdiendo el brillo en sus ojos mientras un caparazón se forma en su corazón para evitar la traición a toda costa. Encerrado como un águila enjaulada, su existencia se consume con...