Capitulo XXXIV

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Estábamos en la sala de espera.

Nadie nos había dicho algo sobre I.N.

A según aún no era momento de verle.

La mamá de I.N había llegado hace una hora llevabamos más de dos horas esperando información pero ningún doctor se acercaba a nosotros.

Ni siquiera he conservado con la señora Yang, debe estar muy molesta por no haber cuidado de su hijo.

— Ya es tarde, ¿No crees que es mejor que nos vayamos?- cuestionó el pecoso.

— No quiero irme sin saber algo de él, lo que sea.- respondí y se levantó por una bebida a la máquina expendedora.

— ¿Todo bien pequeña?- preguntó Chan sentándose a mi lado.

— ¿Cómo está situación estaría bien? Por no cuidar de I.N le pasó ésto y no sabemos si está bien o mal.- hablé molesta.

— No te atormentes después de todo fue algo que hizo él por pensar que sería lo correcto para escapar de esta situación.- dijo y mis ojos se estaban cristalizando de nuevo.

— No debió hacerlo.- dije limpiando mis ojos.

Félix regresó con la bebida y me la dió. La tomé con lentitud y a mi mente viajaron las imágenes de sangre y el cuerpo pálido de I.N. Observé mi vestido manchado y me levanté de golpe acercándome a la ventana que daba hacia el exterior.

— ¿Familiares del Joven Yang?- cuestionó una voz desde la recepción.

— ¡Yo soy su madre doctor! ¿Cómo está él?- preguntó la señora Yang.

— Con suerte y encontraron a su hijo pronto, ya que si hubieran tardado en encontrarlo la situación sería más crítica, los paramédicos me hablaron de una chica que hizo un torniquete, gracias a eso no perdió mucha sangre.- informó y suspiré con alivio.

— ¿Puedo verlo?- el doctor asintió.

— Él aún duerme, así que pueden entrar en silencio.- pidió y una enfermera se acercó.

— Sigame la llevaré con su hijo.- ambas desaparecieron por el pasillo y escuché las exhalaciones de los demás.

— ¡Gracias a Dios está bien!- gritó HyunJin alzando ambos brazos.

Los chicos se quedaron un rato más informaron a MinHo y a Han sobre el estado del menor y luego pasaron a ver a I.N éste aún seguía dormido.

No tardaron en irse, quedando solo Chan con SeungMin, el pecoso y yo.

— ¿No quieres verlo?- inquirió el pecoso luego de salir de su habitación.

— Quiero que sea él quien lo pida.- dije y acaricié las mangas del abrigo de su traje.

— ¿Quieres ir a casa?- dude en mi respuesta.- Podemos venir mañana. Ya está fuera de peligro así que no tienes que preocuparte más, su mamá ya está con él.- asentí después de todo no quería que me viera con el vestido manchado y yo no quería que me viera así.

— Nosotros también nos vamos, vengan yo los llevo.- habló el mayor y lo seguimos.

Subimos a su camioneta y manejó, hasta mi casa.

— Adiós chicos.- nos despedimos y entramos a la casa.

— EunJi ¿Qué son estás horas de llegar?- habló mi madre desde el sofá.- Dijiste que... ¿Félix? ¡Tú vestido! ¡¿Estás bien?!- asentí.-¿Qué sucedió?

Félix le contó todo lo ocurrido mientras me cambiaba en mi habitación, minutos después escuché golpes en la puerta y fui a abrirle.

Entró en silencio y nos recostamos en mi cama, quedando en cucharita.

°Una Segunda Oportunidad° Lee FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora