— Voy a estar contigo—Eddie coge su mano mientras ella está en una camilla de hospital.
—Tengo miedo— Kai respira de manera agitada—¿Todo va a estar bien?
—King se adelantó, es sólo eso. Quiso llegar antes donde nosotros— Eddie, con sus ojos llenos de lágrimas, acaricia el cabello de la chica y besa su frente. Una enfermera le ha entregado todos los elementos de protección personal para asistir el parto de Kai—Será muy pequeña.
—No le digas a mis padres que va a nacer...— la chica se aferra al plástico de la pechera de Eddie— Por favor, Ed.
—Cariño, no pienses en eso ahora— el chico ve cómo llegan los doctores y las enfermeras. Le han dicho que puede ser algo más complicado, debido a que la bebé será de siete meses.
—Me duele mucho— Kai cierra sus ojos, su frente está sudada y Eddie se queda viéndola, perplejo, jamás en su vida había tenido contacto alguno con los bebés y la paternidad en general— No puedo respirar.
—Tranquila, estoy contigo— Eddie toma su mano, pero ella se aferra a las sábanas de la cama, pega un grito que ha intentado ahogar.
—No creo que lo soporte, ayúdame, tengo mucho miedo— La chica observa a Eddie con sus ojos redondos y marrones.
— La bebé ya viene en camino— dice el doctor. Eddie ve cómo Kai se abre de piernas y un par de cirujanos observan aquello, ve cómo ocupan instrumental que se ve aparentemente terrorífico, hay gasas, y ve algo de sangre. Por un momento cree que podría desmayarse, pero sabe que eso no puede suceder.
Escucha los gritos de dolor de Kai, Eddie evita ver lo que hacen los doctores, sólo toma la mano de la chica en todo momento. La piel de su frente gotea como si fuera un grifo de sudor, nunca en su vida habían sentido tanto miedo, tanto que Eddie ha decidido cerrar sus ojos y esperar el llanto de King, pero cada segundo es peor con los gritos de Kai, gritos mezclados con algo de llanto, hasta que pasa lo que ha estado esperando. Los gritos de Kai cesan, y él abre sus ojos lentamente, ve los guantes ensangrentados del doctor, y entre ellos, ve un diminuto cuerpo casi morado, como un alienígena, Eddie siempre ha pensado que los bebés recién nacidos son la cosa más horrible del mundo, y probablemente King no haya sido la excepción, pero cuando camina donde ella y la toma en los brazos por primera vez, cree que es el bebé más lindo del mundo.
—Hola princesa, soy Eddie...tu papá—le entrega su dedo índice para que King tome el dedo con su mano, la bebé llora, y Eddie sonríe con lágrimas en sus ojos.
— Es una hermosa niñita, tiene sus ojos. Felicidades— la enfermera se acerca a Eddie, él sabe que eso es algo que deben decírselo a todos los padres que ven por primera vez a su hija, pero él prefiere creer en ese cliché y convencerse de que King ha sacado sus mismos ojos—Necesito que me la de, es una bebé prematura, necesita asistencia. Después la llevaremos donde su madre.