Kai ha puesto a los Foo Figthers de fondo, ha dejado la puerta con seguro para evitar visitas sorpresas, no quiere que Lia llegue de la nada como la vez anterior.
Everlong suena mientras la chica abre las ventanas que dan hacia el jardín trasero, Eddie sigue todos sus pasos, cree que la habitación de Kai es fiel a su personalidad, se sienta en la cama de la chica, ella se voltea para verlo y sonríe.
— Lindo cuarto— espeta el chico— Aunque te hace falta un póster de Iron Maiden— ella se ríe.
— Ya es suficiente con cogerme a un metalero ¿no lo crees?— lo dice entre risas.
—Eres vulgar cuando te lo propones— Eddie responde con una gran sonrisa, muerde su labio inferior, porque sabe que la invitación no tiene fines inocentes.
—Te ves lindo en mi cama— lo dice con ternura, saca una caja de cigarrillos.
—¿Tu crees?— pregunta.
—Claro que sí, el fondo rosa, y tú como objeto principal, hace que mi entrepierna se vuelva agua— se ríe tras decir esto, Eddie se vuelve rojo como un tomate—¿Vienes a fumar?— le muestra un cigarrillo, entonces Eddie se levanta de la cama y camina en su dirección. Ella enciende el cigarrillo, se cruza de brazos y espera su turno— Le gustas a Lia, ¿Lo sabes?
—¿Ah?— Eddie arquea una ceja.
—No soy tonta, sé cómo te mira— pone sus ojos en blanco— Y yo no me equivoco, sé cuando alguien quiere comerse mi torta.
—Vale, entonces me ves como simple comida— Eddie finge hacerse el sorprendido.
—Considerando que de vez en cuando te hago felaciones, sí— responde con un toque de atrevimiento, que le parece gracioso.
—Son primas, estás loca. Son como hermanas.
—Nos criamos juntas en la infancia, pero ya de eso han pasado años— Eddie le entrega el cigarrillo.
—¿Y qué quieres que haga? ¿volverme feo?— pregunta. Aquella simpleza genera en Kai una risa genuina, entonces lo abraza y deja un beso en su pecho.
—La verdad es que puedes gustarle, pero no me gusta que le rías todo. Lo siento, pero...a veces me pongo un poco celosa, debo reconocerlo.— hace una pausa— y por cierto, perdón por lo catastrófico de esta cena — dice la chica— Perdona a mis padres.
—Descuida, creí que serían más...duros. Pero son aparentemente flexibles.
—Confían demasiado en mí— dice la chica, con una sonrisa— Y eso está bien— muerde su labio inferior— Es mejor que no malpiensen lo de nosotros— se acerca al oído de Eddie— Aunque mi cuerpo está completamente usado por ti— All i Need de Radiohead suena, Eddie odia a Radiohead, así como Kai odia a Rammstein, pero a estas alturas, por ella escucharía lo que fuera.
—Recuerda que tus padres están allá abajo, conozco esos ojos, conozco cuando quieres que te folle— las manos de Eddie aprietan su trasero, ella cierra sus ojos— No podemos pasarnos la vida entera teniendo sexo ¿lo sabías? no es como que seamos adolescentes hormonales— dice con una sonrisa.
—Vale, tienes razón— Kai aclara su garganta.
—Hey...— Eddie abre sus ojos y la queda mirando, se acerca a ella por detrás y mete sus manos traviesas por debajo de los vaqueros de Kai— ¿por qué dejaste de insistir?
—¿Quieres que insista? — pregunta la chica.
—Ve a la cama— Eddie da la orden, y ella camina en dirección a ésta, aunque camina en retroceso, mientras juguetea con el borde de la playera del chico, una vez la chica cae al colchón, él se acerca para darle un beso en la boca— Sé silenciosa, ¿está claro?— ella asiente— Deshazte de estos vaqueros o si no soy capaz de romperlos. Kai lo hace, los deja cuidadosamente sobre la silla de su escritorio. Camina hasta la cama y se sienta en la orilla, Eddie está parado frente a ella, entonces la chica sube aquella playera de Black Sabbath para dejar su vientre descubierto, ella besa aquella zona por sobre su ombligo, y baja por aquel camino de vellos finos y delgados, cuando su mentón choca a la hebilla del cinturón, con desesperación, lo desabrocha y baja la cremallera de sus jeans— Abriré tus piernas ahora. Cariño, déjame hacerte feliz un momento — Eddie se pone de rodillas, queda frente a ella y con una desesperación mayor, baja las bragas de la chica, para después abrir sus piernas, tal como lo ha dicho.
—Ed...— Kai cierra sus ojos, sus manos se aferran al cobertor color rosa que cubre el colchón. Mientras tanto, siente la lengua cálida del chico, la siente en su intimidad, sus labios se separan, dejando escapar un gemido imperceptible—Ed...— Con suavidad, el chico acaricia con sus dedos aquella zona— Eddie, sigue así— murmura Kai, con sus manos enterradas en aquella frondosa cabellera. Eddie saborea cada parte de ella, y la mira de reojo con una sonrisa. Con sus manos aprieta sus pechos desnudos.
El chico ahora está sobre el colchón, con una sonrisa traviesa.
—Ven acá, mi amor— con sus manos la alienta para que se monte en él.
Kai se acerca a él, se acomoda encima, para que ambas partes de sus cuerpos encajen a la perfección, Eddie acaricia el rostro de Kai, y ella muerde su pulgar, sabe que está mal, pero eso pareciera gustarle más. Él pone sus manos en las caderas de Kai, y ella pone las palmas de sus manos en el pecho de Eddie, sus movimientos son frenéticos. Eddie ve como los pechos de Kai rebotan con las embestidas que cada vez son más fuertes y ella sabe que Eddie se ha corrido, porque siente aquel líquido tibio mojando su entrepierna, ella se corre de tan sólo sentirlo, se aferra a su cuerpo, sintiéndose culpable por haber manchado el techo de su hogar, y ruega para que sus padres estén durmiendo.
—Te amo, Kai. Me haces inmensamente feliz— confiesa el chico, con sus labios en el vientre de Kai. Ella abraza la cabeza de Eddie, y deja un beso en su frente, sus labios quedan levemente salados por el sudor de su cuerpo, pero eso a ella no le importa, es más, le gusta.
— ¿En serio me amas?— pregunta la chica, las revoluciones de su corazón bajan, sólo siente el cuerpo de Eddie aferrado al de ella.
—Terminé enamorándome de ti— lo dice en la misma posición— ¿Está mal sentir esto? pienso todo el día en ti.
— Te amo, Eddie— Kai confiesa y Eddie sonríe tras escuchar aquello, para robarle un beso más.