El camino a casa fue algo diferente, quizás más aliviada, considerando que las cosas con Eddie estaban nuevamente bien. Eran novios de manera oficial, y no había nada más importante que eso, en su mente, las cosas estaban bien, en su mente evitativa las cosas estaban bien.
''Tengo a Eddie, y me ama''— piensa ella, mientras seca las lágrimas de sus ojos con las mangas de su hoodie. A medida que se acerca a la puerta, puede escuchar gritos, y ella apresura su actuar, gira la manilla completamente nerviosa, y cuando abre la puerta, ve a sus padres gritándose, su madre llora, con la máscara de pestañas en sus mejillas, como si fueran dos cascadas negras.
— Qué diablos ha pasado acá...— mira todo el desastre que hay, floreros rotos, muebles dados vuelta, Lia aparece por la escalera y le extiende la mano.
— Kai, es mejor que vengas conmigo— dice la chica.
— Necesito saber qué demonios pasa acá— responde mientras camina, su madre está llorando de manera desconsolada y la chica va donde ella. Karl, su padre, se acerca a su hija, Kai sabe que ha sido su padre el causante de aquel daño, apenas toca su hombro, se voltea a verlo— ¿Qué demonios le hiciste a mamá?— pregunta, y más que una pregunta, es un grito.
— Kai, déjame explicarte...— dice el hombre.
— ¿Qué tienes que explicarme?— pregunta de manera hostil, pero a la vez, suplicando por una respuesta ante aquel escenario de confusión.
—Díselo Karl, no seas poco hombre— habla la mujer, completamente furiosa— ¡Se lo dices tú o se lo digo yo!— le grita.
— Kai, hija— el hombre intenta tomar la mano de Kai— Tu madre se ha confundido, fue un error....
— No seas mentiroso— ataca la mujer— ¡Dile a tu hija que te encontrado con otra mujer en tu oficina! — el rostro de Kai se desfigura, retrocediendo sus pasos, alejándose de su padre que busca tener algo de contacto con ella.
La chica corre escaleras arriba, con su mano cubriendo su boca, Lia corre detrás de su prima.
— ¡Kai! por favor, no te encierres— dice, una vez llegan al segundo piso. Kai se ha encerrado en el baño que está al final del pasillo. La chica intenta abrir la puerta, moviendo la manilla de manera insistente, pero nada de eso sirve realmente.
— ¡Lia, por favor. Necesito estar sola!— le grita.
— Kai sé que es complicado, pero necesito que estemos juntas. Tu madre está sufriendo, necesito que le des apoyo en estos momentos— La mente de Kai divaga hacia miles de escenarios posibles.
¿Qué pasaría ahora?
¿Qué haría ahora que su familia se estaba desmoronando poco a poco?
— Kai, ¿Qué diablos pasa contigo? por favor, necesito que salgas y que hablemos— Lia insiste.