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Después de haberse encontrado trepándose para poder entrar a casa, ambos hermanos saben que deben hablar. Están en la habitación de Kai, ella le da las explicaciones a su hermano, y jamás le confesaría que estaba con otro chico.
—Me fui de fiesta a escondidas y sé que no debería haberlo hecho sin decírtelo primero. No quería ocultártelo...
¿Por qué lo hiciste a escondidas? Podrías haberme dicho, confío en ti ¿O andas en algo?
— Lo sé, y lamento no haber compartido esto contigo antes. Fue un error de mi parte, y entiendo que la confianza es crucial entre nosotros como hermanos—Kai se muestra algo más blanda con su hermano, aunque lo hace para beneficio personal.
—Me preocupa que no puedas confiar en mí o que sientas que necesitas ocultarme cosas. Es sólo eso.
—No es que no confíe en ti, Sam. Fue más una mala decisión en el momento.
—Vale, ya pasó. ¿Es un secreto?— ambos se dan la mano—Es mejor si papá y mamá no se enteran de esto.
{...}
Eddie y Kai se encontraron en clases al día siguiente con una tensión evidente. A pesar de estar rodeados de compañeros y profesores, sus miradas se cruzaron con complicidad Con los recuerdos vivos de la noche anterior, en la que compartieron momentos en el coche de Eddie.
Eddie, con una expresión de picardía, le lanzó a Kai una mirada llena de complicidad. Sus ojos estaban cargados de algo que nunca experimentó antes, le gustaba aquella sensación. Observaba cada paso que daba hasta llegar hasta los últimos puestos de la sala de clases.
Kai, por su parte, respondió con una sonrisa sutil pero sugerente, reconociendo la intimidad que compartieron. La chica se sentó a su lado, al final de los asientos, nadie prestaba demasiada atención a ellos, así que podían vivir en su propio mundo..
— ¿Cómo estás, Kai?— le sonríe.
—Hola, Eddie. bien ¿Y tú?— responde ella, fingiendo que sólo son buenos compañeros de clase.
— Anoche fue... interesante— baja la voz al decir esto, se acerca a ella.
—Shh...pueden escucharnos— le abre los ojos, Eddie se ve tentado a la risa.
—Lo lamento— le sonríe,
—Pero bueno, Sí, fue algo así— responde ella en voz baja.
—¿Te arrepientes?— le pregunta descaradamente.
—No, para nada. Fue divertido— confiesa, cosa que hace sonreír al chico.
—¿Qué haces después de clases?— le pregunta.
—No lo sé— la chica mira hacia todos lados, deseando que nadie esté atento a ellos, hasta que la maestra alza la voz.
—¡Eddie, Kai! ¿Podrían prestar atención a la clase, por favor?— les llama la atención.
