Capítulo No.1

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Saeng apagó con molestia su despertador, deseando dormir un par de minutos más, pero era imposible. Emitió un bostezo, aún adormecido debido a que la noche anterior trabajó hasta la madrugada en un proyecto de la universidad.

Para quitarse la pereza se puso de pie, y camino en dirección al cuarto de baño, la imagen de su amor imposible se le vino a la memoria: «"Kim Hyun Joong"», susurró su mente, entonces cerró sus párpados y lo visualizó. Suspiró, al rememorar aquellos ojos, su rostro cuadrado de piel blanca, su nariz respingada, y esa sonrisa seductora que dejaba a más de uno sin aliento.

El timbre del apartamento, lo hizo salir de su ensoñación, se llevó la mano a la frente al recordar, lo tarde que era, y que, si no llegaba a tiempo, se iba a perder la primera hora de clase, y lo más importante la exposición de Macroeconomía. Salió de la ducha, envuelto en una toalla.

—“Dame un minuto Jae”.
Solicitó al mirar por la rejilla de la puerta a su mejor amigo.

—“Si llegamos tarde, tú haces solo la siguiente tarea”.
Advirtió el joven, afuera del departamento.

Saeng, enseguida se colocó sus viejos jeans, una camiseta, y se calzó sus tenis envejecidos que el día anterior los lavó. Ladeó los labios al percatarse de lo mal que se veían sus zapatos. Suspiró resignado, comprendiendo que jamás encajaría en ese mundo lleno de opulencia que lo rodeaba, sin embargo, no podía perder la beca en esa exclusiva universidad, su sueño de ser economista, no se iba a ver truncado, por nada, ni nadie. Salió con prisa de la alcoba, mientras cepillaba su melena. Sonrió con ternura al ver que su tía Rizzeta, a pesar de ser una mujer muy estricta le había dejado preparado el desayuno.

–“Eres sensacional”.
Susurró, llevándose a la boca un pedazo de tostada. La mirada del joven entristeció al divisar el retrato de su omma que reposaba en un antiguo portarretrato en una mesa de la sala.

—"Espero conseguir un buen empleo, y traerte a vivir conmigo".
Habló con la fotografía de su omma, quien residía en Corea, cogió su bolso, sus libros, las llaves y salió del apartamento, para junto a JaeJoong, correr a tomar el tren.

Hyun, acompañado de su galante mejor amigo: JungMin, se abrieron paso en medio del pasillo en dirección al aula de clases, saludaron sonrientes a quienes coqueteaban con ellos. Antes de ingresar al salón se dirigieron al baño.

—“Qué pena hombre. Con estos trajes, estamos listos para hacer la primera comunión, otra vez”.
Refutó el joven coreano, riendo divertido.

Hyun ladeó la cabeza, fue inevitable no reír ante las ocurrencias de su compañero.

—“Sabes bien que, para estas exposiciones, debemos venir con traje. Por cierto, espero que hayas estudiado tu parte”.

JungMin acomodó sus pelos castaños, y luego se arregló la corbata.

—“Haré lo que pueda”.

Hyun resopló colocando sus manos en el lavabo.
—“Eres incorregible. Espero que tu papá no se entere de que estás por perder el semestre”. 

El chico colocó su mano en el hombro del joven Kim.
—“No invoques a la mala fortuna. Las amigas con las que salí a noche... Divinas”.

El joven Kim ladeó su cabeza al escucharlo, a veces ni él mismo entendía las razones por las cuales tenía de mejor amigo a un ser tan irresponsable como JungMin. 

Saeng, acompañado de su compañero JaeJoong, llegaron casi corriendo al salón. Se disculparon con el profesor al ingresar cinco minutos tarde, entonces ambos, observaron a JungMin y Hyun, listos para empezar a exponer su proyecto.

Lágrimas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora