Capítulo No. 44

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Corea.

Después de la confesión de JungMin, él aún permanecía recluido en una celda del Ministerio Público a espera de la orden para llevarlo a la Cárcel Nacional de Varones.

El calabozo era frío, oscuro, el piso de cemento, las paredes mal pintadas, con varias frases escritas, una vieja cama de madera de una plaza y un acabado colchón eran sus únicas compañías; el lugar se veía descuidado, sucio. Él prefería ser quien se sacrificará, no imaginaba a su amado esposo en un sitio así, desde que nació había crecido lleno de lujos y comodidades ahora se encontraba en el peor lugar que él pudo haber imaginado.

Se quedó de pie recordando la mirada de decepción de su esposo, cuando lo vio partir de la hacienda, fue como si la vida se le hubiera ido con él, de ahora en adelante su existencia ya no tenía sentido. Hyung Jun, era la razón por la cual decidió cambiar de vida, era la luz que iluminaba su camino, los meses que compartieron juntos quedarían guardados en lo más profundo de su corazón, él imaginó formar una familia, ver a sus hijos corriendo y jugando por la hacienda. Cerró sus ojos y la imagen de su chico se le vino a la mente, no podía contener las lágrimas, se sentó en el piso y se abrazó a sus rodillas.

—“Ojalá algún día puedas perdonarme mi rey y comprendas que todo lo hice por ti, yo no soportaría verte en un lugar como este”.

Recordó sus últimas palabras.
«’¡Te acabas de morir para mí! ¡Te odio con todas las fuerzas de mi alma!’»

Sintiendo gran dolor en su corazón, cerró sus ojos pensando que prefería su odio a verlo en una cárcel.

Saeng y Hyun, después de aquel momento de entrega, se bañaron juntos y salieron abrazados a recibir a HeeChul y Young.

HeeChul al ver el rostro lleno de felicidad de su hijo, se llevó las manos a la boca con gran emoción, entonces Saeng, abrazó a su omma con fuerza, luego de soltarlo el joven corrió a la habitación de Young, lo llevó al baño para que se aseara, y cambiara de ropa.

El niño salió a desayunar, se sentó junto a su padre emocionado.

—“Papito, ¿Mi papá se va a quedar a vivir con nosotros siempre?”
Preguntó su hijo con los ojos llenos de ilusión.

—“Si mi amor”.
Sonrió mirando a Hyun.

—“¿En serio?” 

—“Así es”.

Young empezó a saltar de alegría.
—“¿Es cierto que no nos vas a dejar?”

Hyun dirigió su mirada a Saeng, tomó en sus brazos a su hijo, se acercó a el.

—“Les juro que nunca los voy a abandonar”.

Con uno de sus brazos, estrechó a su amado Saeng y el correspondió el gesto feliz al lado de sus dos grandes amores.

—“Siempre vamos a estar juntos los cuatro”.
Dijo Hyun refiriéndose a su suegro. HeeChul le sonrió con cariño.

—“Agradezco sus atenciones, pero a mí me enseñaron que el casado, casa quiere, y yo he conversado con mi hermana Rizzeta, me gustaría vivir con ella y Mark”.

El rostro de Saeng se cubrió de tristeza al escucharlo.
—“¿No deseas estar a nuestro lado?”

—“Por supuesto, pero ustedes necesitan su espacio, les pido que me comprendan”.

Hyun se acercó a su futuro suegro y le tomó de las manos.

—“Siempre y cuando viva en este mismo edificio, hablaré con mi omma para que les asigne un apartamento”.

Lágrimas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora