Capítulo Seis.

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Nala.

No diría que ha habido grandes avances con los mayores, pero a diferencia del primer día en el que la hermana Bria nos persiguió, han mejorado. Ante mis ojos, para los de Ry siguen todos iguales, sin embargo, sigue apoyándome.

Sé que es por lo que demostré detrás del arbusto, cada vez que intenta oponerse a algo que yo le digo con sus típicos comentarios negativos o realistas, como él los llama, se queda callado mirando cualquier otro punto de donde estemos y luego de unos segundos suspira, se frota la cara y modifica mi idea para un mejor resultado.

Un resultado que yo le propuse y que Ry no se esfuerza en cambiarlo ni en engañarme.

También he mejorado en la cosa de «Piensa como el enemigo» cada intento de la hermana Bria para tenderme trampas o hacerme hablar de más han fallado porque lo he previsto desde una noche antes, ella no sabe cómo lo hago y no creo que lo sepa a menos que lo diga yo misma.

Con Mama no he tenido tanto problema, por ahora, ella sigue ocupada con sus asuntos dentro de su oficina, eso no significa que no me siga vigilando, sé que lo hace, incluso cuando duermo.

Pero he decidido que no me afecte como antes, gracias a Ry en una tarde en la que me volvió a zarandear en la biblioteca por otra de las tantas peleas que hemos tenido, me grabé en la piel su consejo «No dejes que Mama te controle, lo has hecho bien todo este tiempo para que le entregues tu esfuerzo a una mirada de ella»

Cada que siento sus ojos en las paredes, inspiro hondo y sonrío para , no para ella.

Esta tarde fue de buenos resultados, el grupo de Wiley pasó desapercibido y pudieron ganar otra de las paletas que robé. Nuestros hermanos de quince pueden ser capaces de soportar esto, los vi en sus miradas que no es sólo un juego para ellos, lo toman como una competencia, como si sus vidas dependieran de ello.

Así que se me ocurrió otra idea más arriesgada que el resto, una que sé de primera mano que Ry desechará al primer segundo que me escuche. Tengo fé en mis habilidades para persuadirlo y que esté de acuerdo conmigo.

Al terminar la cena, le hago nuestra seña secreta, un toque ligero en la oreja, la creamos cuando estuviéramos con más gente y tuviéramos algo urgente por hablar, o cuando estemos cerca de la hermana Bria o de Mama, fue inteligente de su parte pensarla.

Como fui la primera en salir del comedor, tuve que esperarlo debajo de las escaleras, es un punto muerto de los pasillos en el que nadie puede escuchar a hurtadillas ni vernos, supusimos que levantaríamos sospechas si nos veían todo el rato en biblioteca, sólo entramos ahí cuando planeamos nuevas cosas o cambiamos algo.

Entrelazando mis dedos los crujo hasta que mis huesos ya no emiten sonidos. Estoy nerviosa por su reacción, cuando tuve la idea creí que enloquecí y me convencí de que era una pésima, nos pondría en riesgo si algo sale mal y todo nuestro trabajo se iría por la borda, aunque tampoco es como si tuviéramos más tiempo para pensar en mejores opciones.

Al verlo llegar y asegurarse de que nadie esté a los alrededores— como es de costumbre— suspira y de inmediato sé que ya sabe lo que tengo en mente.

— Suéltalo— exige.

— Debes escucharme hasta el final, créeme que será algo bueno para nosotros.

— Siempre que dices que te escuche hasta el final, es algo que no debo hacerlo, así que, suelta ya lo que tengas preparado.

— Hice mis cuentas... desde que se llevaron a Fern pasaron dos meses para que seleccionaran a Emma, sumando que Mama está consciente de que sigue aquí la persona que sabe su secreto y que la hermana Bria sigue fallando con sus trampas acortarán el plazo...

El Orfanato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora