Capítulo Diecisiete.

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Ryan.

No me creía nada de esto, menos proviniendo de Bria. No hacía falta ser muy inteligente para saber que nadie de este lugar sería nuestro aliado y menos alguien que es la mano derecha de Mama. O bien, podría ser una trampa, o bien, podría necesitar algo de nosotros a cambio de su ayuda.

Sigo obligando a retroceder a Nala con mi brazo extendido para evitar que quiera enfrentarse a Bria en estos momentos que, su mente y su corazón fueron estrujados por la noticia de Syla.

Que, por cierto, no parece asustado, más bien, tiene la misma expresión de Nala; una de querer vengarse de la misma forma que quiere hacerlo Wiley y yo. Pero no podemos, por mucho que lo deseémoos, hacerlo sería la peor decisión de nuestras vidas.

Manteniendo la voz calmada vuelvo a tomar la palabra antes de que otro lo haga y volvamos a estar en pésimas condiciones como lo estuvimos en el comedor.

— ¿Por qué? — Bria ladeó la cabeza sin desvanecer esa sonrisa escalofriante— ¿Por qué piensas que vamos a creer lo que dices?

— Porque lo necesitan, tienen la soga en el cuello y su Mama la acaba de apretar ahorcando a el primero de tres que faltan— sus ojos viajaron hacia Syla— acepten mi ayuda... no pueden perder algo más de lo que nunca han tenido.

— Supongo que tú también ganarías algo con este trato ¿No? — por el rabillo del ojo veo como Nala quiere esquivar mi cuerpo, teniendo una reacción instantánea de tomarla de la muñeca y detener cualquier acción previa— ¿Qué es?

— Ry...

Ryan— la interrumpo— te lo he dicho cada maldita vez que para ti no soy Ry— mis dientes rechinaron conteniendo mi poco temperamento tranquilo— responde sin rodeos— exijo con un dolor de muelas por la tensión.

— No quiero nada de ustedes a cambio, lo juro...— levantó su palma derecha— acepten mi...

— Ocultas algo, lo noto en tu mirada así que ni lo sueñes— fui capaz de ver su sonrisa temblar— no aceptáremos tu ayuda.

— Entonces jamás podrán salir de aquí— sus brazos se cruzaron intentando verse inmutada.

— Hemos llegado bastante lejos sin tu ayuda, créeme que llegaré al final contigo o sin ti.

La fachada que usaba siempre se corrompió, sus brazos cayeron flácidamente y su sonrisa dejó de arrugarle la cara para ahora tener una expresión seria y sus nudillos blanquecinos. Esta era la verdadera Bria, alguien que de verdad no tiene la intención de ayudarnos, si no, de ayudarse a ella misma usándonos.

Lo sé porque puedo ver un poco de mí en ella, nunca ha estado de ningún lado, demuestra apoyar a Mama, pero no lo hace en realidad y ahora quiere fingir apoyarnos a nosotros únicamente para algún beneficio que está ocultándonos.

No podrá engañar a la persona que usa las mismas tácticas para lograr que su plan funcione sin importar estropear el de los demás.

— Supongo que aquí es donde nos llevas con Mama — Nala jaló de mi agarre para llamar mi atención, ojalá pudiera mirarla para decirle que sabía lo que estaba haciendo, o al menos eso creía, pero no puedo romper el contacto con Bria— ¿O quieres que yo la llame?

— Te crees listo, pero solo tienes miedo— su máscara volvió a su lugar— toda tu valentía no es porque seas temerario como Nala, si no porque estás tan aterrado que el único instinto que tienes es el de sobrevivir y para hacerlo necesitas valor y valentía.

— Veo que conoces bien ese hecho— achico mis ojos con deje analizador. Algo de lo que dijo se sintió personal, casi como si se lo dijera a ella misma frente a un espejo.

El Orfanato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora