Ryan.
Era un imbécil.
Un completo desastre. Horas eternas transcurrieron dentro de la enfermería cuando Isabella cuidaba de Nala y su tobillo roto, le dije que yo podía hacerme cargo de mi hombro, ojalá haberme hecho cargo también de ella, pero incluso hay que saber cuando perder. Más no, cuando rendirse...
En cuanto les aseguré a las niñas pequeñas que Nala estaría bien una vez que despertara, fue la única manera en la que ellas pudieron respirar de nuevo e irse de la puerta. Mientras tanto, no sabía que le sucedía a Wiley.
Estaba sentado en el suelo hasta el otro rincón de la cama de ella, en su cabeza pasaban infinidad de cosas como en la mía, sólo que a Wiley lo estaban derrumbando más rápido que a mí.
— Lo jodió... — murmuró al sentir el peso de mi mirada.
— Nos ocupáremos luego, Nala necesita descansar.
— Lo jodió... lo jodió... nos jodió a todos...
— Wiley.
— ¡Arruinó el maldito plan!
— ¡Wiley! — caminé hasta él y me hinqué para estar a su altura— contrólate, no puedes empeorar más la situación ¿entiendes?
— ¿Por qué lo hizo...? — el filo de sus ojos comenzó a humedecerse.
Me pasé la mano en la cara para diluirme el fastidio que sentía, no podía lidiar con esto ahora, me importaba una sola persona de todas las que han crecido aquí, y esa no es Wiley apunto de tener un colpaso.
Sus sollozos contenidos me aturdían la mente, pronto Wiley será alguien mayor, ya debería de tener la capacidad mental para saber controlarse o por lo menos ahogarse en sí mismo sin dar muestra alguna.
Wiley ya debe de saber que nadie ayuda a nadie en este lugar como para pedir que lo salven.
A excepción de Nala...
Ella si ayuda a cualquiera que necesite volver a respirar, logra salvar incluso al que nunca lo ha intentado por ella. Nala haría algo en estos momentos con Wiley ¿Pero el qué? Sólo una vez consolé y tranquilicé a alguien, a sabiendas de que nunca lo había intentado si quiera y tampoco supe si funcionó de verdad o no sirvió de nada.
Le eché un vistazo a donde descansaba para comprender cómo lo hacía ver ella tan fácil dar un simple abrazo, una sonrisa, el hacer que su compañía se disfrutara y fuera suficiente para calmar lo que fuera que la otra persona estuviera sintiendo.
Y entonces algo en mí hizo sentido... ¿Qué es lo que siempre Nala ha intentado proteger de todos? La esperanza. Los sueños. Las metas. Porque al final de cuenta siguen siendo niños el resto de nuestros hermanos.
No puedo exigirle a Wiley que actúe como yo porque él sigue siendo niño, su burbuja de felicidad nunca se había reventado hasta hace poco. Él no creció con odio. Wiley sí tuvo a alguien quien lo salvara...
— Ven aquí— lo separé del rincón para abrazarlo. Como era de esperarse todo se sintió como si fuésemos robots oxidados— debes...— no, no lo hagas sonar como una orden. Él no es como tú— intenta ser fuerte, Nala necesitará de nosotros para recuperarse y... Syla... debió de tener sus razones para hacer lo que lo hizo.
— Traicionarnos— respiró entrecortado— eso fue lo que hizo.
Sí...
Detrás de nosotros se escuchó la puerta entreabrirse, al girarnos ambos vimos la presencia de Syla mirando con pena a Nala, luego cayó en cuenta que estábamos también y su expresión cambió a una neutra, pero el fondo sabía que sentía arrepentimiento (aún cuando nunca me ha gustado interesarme por las emociones de los otros) pero con Syla debía hacer otra excepción.
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El Orfanato.
FanfictionGallagher Caro. El Orfanato Gaius Hill es tan bien conocido por ser un paraíso para los niños que no les queda nada a las afueras de un mundo peligroso y demasiado grande para ellos. Nala, quien es el alma más positiva y optimista de aquel lugar, nu...