𝓞𝓝𝓔𝓢𝓗𝓞𝓣 // 𝖑𝖆 𝖘𝖔𝖈𝖎𝖊𝖉𝖆𝖉 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖓𝖎𝖊𝖛𝖊

Agustín Pardella

Bueno, esto es algo diferente, no se me ocurría mucho y espero que os guste. Por cierto me matan los posts de Agustín Pardella y de Agustín Della Corte, que le pasa al mundo con los Agustines? Hasta Berru hace cositas lindas.

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【T】【i】【e】【m】【p】【o】

Para algunos el tiempo pasa rápido para algunos lento, para Violeta el tiempo pasaba demasiado rápido, estaba con los preparativos de la boda, de su boda con el amor de su vida, y parecía que el tiempo se le escapaba de entre las manos. Había empezado a planear la boda desde el día uno, sin embargo; tenia la sensación de que nada la salía bien, ahora mismo estaba con el dilema de las flores, llamando histérica a todas las floristerías posibles.

Para Agustín el tiempo pasaba lento, cuando le pidió matrimonio a Violeta jamás se imagino que fuera a ser así, a su lado sentía que el tiempo se paraba y simplemente flotaba, al lado de la chica se tranquilizaba y todo le era genuinamente igual, así que cuando su prometida le conto el dilema de las flores solo expreso un: "Las flores que tu prefieras amor, da igual si son más cara, mientras te gusten". Trataba de ser de ayuda para la boda, pero solo había sido capaz de escoger el color de corbata de los hombres de honor y de su padrino de bodas.

-Agus! -Exclamó Violeta desde el salón-.

El chico se dirigió a donde estaba: - Que paso Vio? -.

-Enserio que sigo necesitando ayuda con las flores, de la primera floristería no me cogen ni las llamadas-Confesó frustrada-.

-Amor sean las flores que sean no serán ni la mitad de lindas a tu lado vestida de blanco-Dijo el chico con una sonrisa-.

-Pero no te estoy preguntando por eso, te estoy pidiendo ayuda-Le dijo Violeta-.

En la cara de Agustín solo se dibujo una mueca, sin estar muy seguro de que hacer, se sentó en el sofá observando las fotos de inspiración que su novia tenia esparcidas por la mesita de café.

-Que tal estas florecitas? Quedarían bien con el color del mantel-Comentó-.

-Fueron la tercera opción, pero se nos van de presupuesto-Dijo Violeta con cierta pena-.

Agustín asintió mientras escogía otra foto: -Estas combinarían bien con el vestido de las damas de honor-.

-Pero no combinarían tan bien con la corbata d ellos hombres de honor-Contraatacó la chica-.

-Ay si bueno, entonces de igual nos quedamos estas porque me quedarían genial en los rulos-Empezó a hacer broma Agustín-.

A Violeta se le escapó una sonrisa, sabía que el chico la estaba intentando hacer reír: -Estas de acá te quedarían divinas amor, combinan con tus ojos-.

Agustín dejo ir una risa sonora y tomo las dos fotografías posándolas en sus rulos, hizo una especie de morritos mientras reía: -Tú crees? -.

Violeta empezó a reír dejando escapar parte del estrés que llevaba encima, Agustín estaba feliz de poder pasar algo de tiempo ayudando a su pareja. Finalmente optaron por unas flores en un tono coral que combinaba a la perfección con todo.

Como es inevitable el tiempo pasó, y el día de la boda llego, Violeta se preparaba con sus damas de honor que estaban ayudándola con los zapatos, en unos minutos caminaría al altar y sería la mujer de Agustín Pardella, no podía evitar sonreír ante la idea. Mientras no muy lejos de ahí Agustín sentía que le iba a dar un paro cardíaco, el tiempo iba demasiado rápido y sentía que si Violeta tardaba mucho en llegar al altar él se iba a desmayar. Por un momento habían intercambiado papeles.

En el momento justo, la música empezó a sonar, todos los invitados se pusieron de pie, Agustín ya estaba ahí con su padrino y el cura plantado como un soldado, las damas y los demás hombres de honor empezaron a llenar el pasillo hacia al altar siguiendo un orden especifico, y al final entro Violeta, del brazo de su padre, luciendo un hermoso vestido blanco, de corte sirena con encaje y escote en forma de corazón, su velo era semi transparente y largo cubriendo casi toda la cola larga del vestido, sin embargo hacia una especie de cortina decorada también con encaje que enmarcaba la cara de la chica como si fuera un cuadro. Agustín al verla sintió que no podía respirar, estaba viendo a la mujer mas guapa del mundo avanzando hacia él para casarse con él sonaba como un cuento que en algún punto de su infancia había oído.

La boda avanzo a su ritmo, todo a su momento en el tiempo justo, en un momento oficialmente eran un matrimonio, y en ese momento el tiempo dejo de importar, para Violeta y Agustín solo existían ellos dos y su felicidad.

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