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LOS JARDINES DE LA FORTALEZA ROJA ERAN LO MAS HERMOSO QUE EXISTÍA EN EL LUGAR así que era uno de los lugares preferidos de la princesa Aemma y más aún que había dos niñas siguiéndola como lo hacía ella con su hermana mayor Rhaenyra, ahora las niñas Targaryen eran los patitos que la seguían a todos lados.
Por desgracia eso no le hacía mucha gracia a la madre de la joven quien cada que la ve también está viendo a las dos niñas Velaryon, no es que no le agrada las niñas simplemente le parece un tanto desagradable ver como su hija cuida a ambas niñas como si fueran suyas.
En cambio Otto Hightower ve eso como una oportunidad para dejar una buena imagen de su nieta.
Los hermanos de la jóven estaban un tanto disgustados, sobretodo Aemond quien no le gustaba compartir a su hermana mayor ya que el era el niño de su hermana, él era su pequeño Mon ¿Esas dos niñas importaban más que él? Él era su hermano, a ellas a penas si las conocía.
- ¡Aemma! - gritan ambas corriendo hacia ella cuando la vieron
- Dulces niñas - dice abrazando a ambas menores
Aemond que estaban al lado de su hermana veía a ambas con seriedad algo que las hermanas notaron.
- Primo - saludo Baela seria
- Baela - saludo viéndolas - Rhaena -
La mayor de ellos los observa para luego sonreír tratando de que la situación no se convierta en algo incómodo así que simplemente acaricia el cabello de su hermano.
- Padre nos mandó a buscarte, dijo que si deseas cenar con nosotros - informa Baela
- Ella no puede - interrumpe el Targaryen con brusquedad
- ¡Aemond! - regaña la mayor para luego voltear a ver a las niñas - Díganle a su padre que estaré encantada de cenar con ustedes esta noche -
Las Targaryen sonríen para luego irse del lugar no sin antes ver con seriedad al hermano de la princesa quienes las ve partir con la misma expresión.
- Supongo que les tienes lastima - dice Aemond - No por nada eres amable con ellas -
Ella lo observa para luego agacharse mientras acaricia su mejilla.
- Soy amable con ellas porque son niñas y porque cualquier persona merece recibir al menos respeto, se que no te agradan y lo comprendo, pero debes tratar de ser cortes con ellas -
- Son molestas - se queja el niño
- Solo son niñas Aemond, igual que tú-
El menor hace una mueca que pronto desaparece al recibir un beso en la frente.
- Lo siento - se disculpa - Tratare de ser más amable con ambas, lo prometo -
- Así se habla mi pequeño Mon -
Y ahí estaba, la hermana que siempre conocía a la joven quien sin importar que ella lo amaba y mucho.
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AEMMA ACEPTO LA PROPUESTA DE CENAR JUNTO CON SU TÍO Y PRIMAS SOLO POR CORTESÍA ya que no sabía o más bien no entendía porque su tío Daemon querría cenar con ella o porque no estaban los niñas y solo estaban ambos.
No le era incomodo, después de todo conoce al hombre desde que es a penas una bebé a palabras de su padre, pero le parece curiosa la situación.
- ¿Y donde están las niñas? - pregunta dejando a un lado su copa
No bebe, simplemente es jugo de manzana.
- Las clases con los maestres es muy diferente a las que recibían así que están cansadas, ya estaban a punto de caer en el postre debido al sueño - cuenta
Ella ríe ligeramente.
- Todos pasamos por eso, cuando yo era una niña odiaba ir con la Septa ya que ellas eran las encargadas de mis clases de modales -
- Cuando era niño solía escaparme, mi padre no podía si quiera controlarme -
- Así que siempre ha sido así, un dragón sin poder domar -
El simplemente sonríe mientras la observa detenidamente, su preciosos cabello platinado, sus ojos violetas junto con ese vestido azul con joyas del mismo color, se veía absolutamente perfecta.
- ¿Y tú? Durante mis años lejos de Desembarco del Rey he escuchado muchas cosas sobre ti -
- ¿Como cuales? -
- Que eras la joven más hermosa de entre los siete malditos reinos, de tu compasión por el pueblo, del amor que mi hermano tiene hacia ti en resumen que eres un verdadera princesa, el verdadero orgullo de la casa del dragón-
- Son palabras que me halagan, pero creo que la belleza es subjetiva, que es mi deber cuidar del pueblo por amor hacia los habitantes, mi padre me ama y yo lo amo a él y solo quiero hacer sentir a mis seres queridos orgullosos-
El hombre no puede evitar reír.
- Nunca había conocido a alguien como tú -
- ¿Alguien como yo? -
- Tú no actúas por querer aparentar se alguien más o algo parecido, tu actúas verdaderamente por que te importa los demás-
- La familia es primero, aprendí eso de mi padre -
- Creo que entre todos los hijos de mi hermano eres quien me gusta más- la joven frunció en ceño - No te ofendas, pero tu hermano es un borracho, el otro daño a mis hijas, el siguente esta lejos y tu hermana casi no habla -
- Aegon tiene sus... detalles y entiendo tu disgusto hacia Aemond, Daeron es un dulce niño al igual que Halaena -
- Hablas como si fueran tus hijos -
- Soy su hermana mayor, es mi deber -
- ¿Y donde vas tu, querida Aemma? -
Ella se queda callada al no saber responder.
- Hay otras prioridades-
El hombre se levanta de su asiento tomando un ligar a su lado.
- Primero van todos tus seres queridos e incluso mis hijas, el reino o tus deberes como princesa y después vas tú - habla viéndola a los ojos - Si soy sincero contigo creo que el orden debería de ser al revés ¿No lo crees? Comenzando con que decidas si deseas postre -
Ella lo observa detenidamente.
- Quiero pasteles de limón-
Fue una noche agradable donde ambos conversaron sobre cualquier cosa, sobre todo y nada a la vez, pero ambos podían coincidir con algo y era que deseaban repetirlo todas las veces posibles debido al sentimiento se que producían el uno con el otro.
