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TODAS LAS PERSONAS NOBLES DE DISTINTOS LUGARES DEL REINO ESTABAN LLEGANDO para presenciar la boda de dragones como años después decidieron nombrarla.
Desde el lejano Dorn hasta el frío Norte llegaron los nombres esperando ver la fiesta que tanto habían esperado y vaya que no fue una decepción ya que desde que llegaron había acróbatas, bufones, actuaciones, música, bebida y comida que cualquier persona podría disfrutar además de la decoración que dejaba en claro que estaban en el castillo del dragón.
- Se ve preciosa princesa - halagan la servidumbre a la Targaryen
Su vestido estaba hecho de la tela más fina que alguna vez se haya visto, el color blanco crema era perfecto además de varios encajes de flores que adornaban la tela y no solo eso si no que el cabello plateado de la princesa estaba decorado con perlas.
Las joyas eran de la reina Rhaenys la esposa más querida de Aegon el Cosquistador y una tiara hecha de diamantes que su majestad el Rey Viserys ordeno hacer para su amada hija.
- Es la belleza de los siete reinos - Aemma voltea al escuchar la voz de su hermana mayor quien sonríe alegre - Mi dulce hermana menor -
- ¡Nyra! - grita contenta corriendo hacia los brazos de la mayor - Llegaste -
- Por supuesto que si, no me perdería un día tan especial como este - acaricia la mejilla de la menor
Al principio se sintió triste al saber que Daemon amaba a Aemma, pero al final no podría culpar a nadie ya que solo deseaba la felicidad de su pequeña hermana la única que por mucho tiempo estuvo realmente a su lado siempre diciendo cosas bonitas sobre ella, defendiendo su honor, cuidado a sus hijos y siempre viéndola como la hace ahora, con admiración.
- ¿Donde están mis sobrinos? -
- Están con Laenor - informa - Te traje algo -
Con eso deja ver un bello collar rojo.
- Es de acero valiryo - susurra sorprendida
- Ahora tienes algo que te une aun más a nuestros antepasados - dice colocando el collar en el cuello de la menor - Quizás no sea muy devota, pero deseo que la madre bendiga tu matrimonio y que en un futuro tengas unos niños saludables, si ese es tu deseo -
- Gracias Nyra - sonríe feliz - Te extrañe -
- Y yo a ti, patito -
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EL SALÓN DEL TRONO ESTABA REPLETA DE PERSONAS QUIENES FELICITAN A LA PAREJA de recién casados y por un momento todos recuerdan a la difunta Reina Alyssane Targaryen en su juventud ya que su belleza y amabilidad podían ser fácilmente comparados a la de la princesa Aemma quien saluda a todos con una dulce sonrisa además de brindarles palabras cálidas cuando van a saludarla.
- Majestad - saluda Bennard Stark
- Es un honor recibir al Norte - habrá Aemma con amabilidad - Agradezco mucho que se hayan tomado el tiempo de venir hasta Desembarco del Rey, también espero que su viaje haya sido reconfortante-
- Así es princesa - dice el hombre - Le deseo un buen matrimonio a usted y al príncipe Daemon -
- Se lo agradezco Lord Stark - Daemon asiente con la cabeza ligeramente
- Oh, por cierto les presento a mi sobrino el futuro señor de Invernarlia: Cregan Stark-
Se vio a un joven de no más de quince días de nombre con cabello castaño casi negro y unos ojos grises quien dio una reverencia.
- Les doy mis más sinceros deseos para usted princesa Aemma y a usted príncipe Daemon y que los viejos como nuevos Dioses bendigan su unión- dice sonando como todo un señor en vez de un joven
- Agradecemos sus tan amables deseos Lord Cregan y espero que su estancia aquí sea de su agrado - habla con dulzura la novia
El joven se sonrojo cuando ve a la Targaryen dando una reverencia mientras se retira con la cabeza baja debido a la vergüenza de sentir como sus mejillas se calentaron cuando solo escucho la voz de la princesa.
- Creo que le gustaste - susurra Daemon a su lado tomando su mano
- Es solo un joven, me gustan más quienes son mayores que yo en especial si tienen cabello blanco y montan a un gran dragón rojizo - responde con cierta gracia la Targaryen
- Que suerte para mi cumplir todos esos requisitos - besa con rapidez los labios de su esposa - No puedo esperar a saber que tan buena jinete eres -
Aquello hace que Aemma se sonrojo levemente, pero aun así sigue con aquel pequeño juego.
- Créeme mi querido esposo, soy muy buena montando -
Aquello hace que ambos rían llamando la atención de algunos quienes ajenos a la conversación entre los ahora esposos ven un matrimonio lleno de amor.
- Me será muy grato comprobar sus habilidades esta noche - dice deslizando una mano a la pierna de la peliblanca - Y yo te enseñaré las mías-
La princesa ríe avergonzada mientras aparta con delicadeza la mano de su esposo.
- Pues tendrás que esperar hasta esta noche - advierte a pesar de su sonrojo
- ¿Tanto? Me gustaría ver que ocultas debajo de ese bello vestido-
- Daemon - regaña sonrojada
- ¿Dije acaso algo malo mi amada Aemma? Solo dejo en claro mi deseo por mi preciada esposa-
- Estamos en público - le recuerda- Además tendremos tiempo más tarde-
- De acuerdo, esta noche serás toda mía y yo seré todo tuyo -
- ¿Solo esta noche? -
- Toda la vida - corrige
A lo lejos un celoso Aegon miraba la escena con una mueca, desde que tenía conocimiento sabía que su esposa sería Aemma y claro a veces se llegaba a aprovechar de eso, pero ahora tendrá que soportar ver como su tío susurra a los oídos de su hermana quien tiene las mejillas rojas.
Siempre deseo el amor de Aemma, parecía que todo el mundo lo tenía hasta su abuelo, pero él no tenía siquiera un gramo de eso ya que no lo llamaba con cariño en realidad solo lo trataba con respeto como si de un Lord cualquiera se tratase y no podía quejar de ese trato ya que el mismo ocasionó eso debido a que quiso aprovecharse de ella cuando eran más pequeños, pero se suponía que ella era de él, pero ahora ve como su tío ahora se la lleva para sellar su unión.
