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JAYNE ARRYN SINTIÓ UN GRAN APRECIO HACÍA LA PRINCESA QUIEN SIEMPRE LE REGALABA dulces sonrisas o amables palabras por eso mismo le fue algo triste el tener que despedirse de ella.
Siempre tan dulce con quien la rodea así que fue difícil decirle adiós, pero en cambio para la reina verde el ver ese dragón tan familiar volar sobre Desembarco del Rey la alegro demasiado, sobretodo cuando recibió su carta donde relataba que había dado a luz a una hija la cual llamó Visenya como se lo había prometido a Rhaenyra.
- Mi princesa - saluda Ser Criston Cole en cuanto la vio bajar del carruaje con una bebé en brazos
- Ser Criston, es un gusto verlo - dice con dulzura
- Ella debe ser Visenya - dice viendo a la recién nacida
- Así es, una princesa fuerte, digna de su nombre - interrumpe Daemon con sus dos hijos en brazos
En seguida las puertas se abren dejando ver a una joven princesa con un bello vestido rosa y en seguida corre hacia su hermana mayor abrazándola mientras sujeta la falda de su vestido azul.
- Helaena, mi dulce hermana - sonríe contenta Aemma acariciando el cabello de la nombrada
- Visy - sonríe viendo a la bebé
- ¿Deseas cargarla? - pregunta Daemon detrás de su esposa
La Targaryen observa a su tío para luego asentir con la cabeza, tomó a la bebé entre sus brazos que estaba dormida y la abrazo con delicadeza sin dejar que se caiga.
- Es muy linda - halaga contenta
- ¿Verdad que si? - habla feliz Rhaena - Padre dijo que nuestra hermana se parecía a la abuela Alyssa -
Todos estaban encantados con la recién nacida quien parecía que no le importaba lo que le sucedía al rededor, simplemente deseaba dormir cómodamente en los brazos de quien sea.
- Mi preciada niña - la reina verde aparecía sonriente caminando hacia su hija mayor
- Madre - saludo contenta
- Mi dulce guerrera, la madre escucho mis rezos deseando que todo estuviera bien durante el alumbramiento de mi nueva nieta -
La reina sintió como alguien jalaba la manga de su vestido y al voltear se encontró con Baelon, su sonriente nieto así que en seguida se lo quito de los brazos de su padre para cargarlo con una sonrisa, sus nietos siempre tenían algo característico que le recordaba a su amada hija, Baelon tenía sus ojos mientras que Viserys su cabello en cambio Visenya se parecía más a su padre.
En cuanto la familia entró al castillo en seguida toda la corte los recibió con una reverencia al igual que felicitaciones por la recién nacida que se encontraba felizmente en los brazos de su padre mientras que sus hermanas mayores estaban con su tía Halaena sus hermanos mayores estaban en los brazos de abuela y madre.
- Tío Egg - habla Baelon señalando al nombrado
- Aegon - saluda feliz Aemma
No había visto a sus hermanos en casi seis lunas y realmente los extrañaba a pesar de sus diferencias con Aegon lo seguía queriendo después de todo no olvidaba las veces que jugaban al escondite por petición suya o cuando él le daba todos sus juguetes.
- Te felicito hermana, supe que fue una niña esta vez - sonríe algo cansado Aegon
- Te lo agradezco hermano, ¿Has visto a Aemond? -
- Posiblemente este en el patio de entrenamiento -
En cuanto respondió en seguida recibe entre sus brazos a su sobrino Viserys quien empieza a jugar con su cabello.
- Ahora vuelvo - anuncia la princesa hacia su esposo, madre y hermano
Entre toda su familia a quien más quería ver era a Aemond debido a la última carta que había enviado así que no dudo en ir a verlo.
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AEMOND YA ESTABA DEJANDO DE SER UN NIÑO, YA HABIA CUMPLIDO DIECISÉIS DÍAS DE NOMBRE Y SE había convertido en un fiero guerrero, pero en esos momentos cuando vio a su querida hermana mayor no dudo en dejar su espada a un lado para correr hacia la Targaryen quien lo abrazo.
- Mi dulce hermano menor - sonríe contenta Aemma - Solo mírate, ya eres todo un príncipe -
Aemond amaba a su querida hermana, no había persona que más amara que ella, siempre tan amable y dulce con él incluso cuando era tan caprichoso.
- ¿Recibiste mi carta? -
- Por eso vine -
En seguida el menor toma la mano de su hermana para llevarla a un lugar más apartado para poder hablar con más privacidad, camino hasta uno de los pasillos más oscuros que había en la fortaleza roja donde sólo ellos dos quedaron.
- Escuche al abuelo hablar con padre - comienza a relatar el joven - Padre le pidió su opinión sobre un cambio en la sucesión del trono -
- ¿Como es eso posible? Eso sería injusto para Rhaenyra, ella se ha estado preparando para este puesto durante años e incluso a preparado a Jacaerys - habla con indignación la princesa
- Algo debió hacer que cambiará de opinión - susurra Aemond
- ¿Sabes a quien escogió? Debe ser un cambio drástico -
El príncipe bajo la mirada para luego observar el rostro de su herman mayor, su rostro comenzaba a madurar, pero su belleza seguía intacta.
- A ti - confiesa provocando una gran sorpresa a su hermana - Él dijo que si sería una buena idea nombrarte a ti heredera, ya tenías tus propios herederos así que no sería un problema la línea de sucesión -
En seguida ella negó con la cabeza.
- No - se le quebró la voz - No podría hacerle eso a Rhaenyra -
- No es cuestión de si tu quieres o no hermana, la palabra de padre es ley así que si te proclama como su heredera entonces así será-
Ella niega con la cabeza una vez más, sentía que de alguna manera estaba traicionando a su hermana mayor, a su querida hermana.
Aemond al ver las lágrimas de su hermana en seguida la abraza mientras siente que se está embriagado con aquel dulce olor que siempre la caracterizo.
Por otro lado entre las sombras Daemon sonrío, su hermano al fin había despertado, él no era estúpido, sabía que su amada esposa sería una gran reina si le dieran la oportunidad y ahora está era así que él se aseguraría que cualquiera que intente quitarle el trono a su esposa lo pagaría con su vida.
