21. Día de celo

84 6 0
                                    

Narra Dante

Un nuevo día había comenzado, luego del amargo episodio del día de ayer pude dormir sorprendentemente bien, creí que no iba a poder hacerlo, pero supongo que el darle tantas vueltas a esa idea en mi cabeza terminó por agotarme y concilié el sueño.

Miré la mesita de noche al lado de mi cama y me di cuenta de algo, se me olvidó poner a cargar mi celular, carajo, al revisarlo me di cuenta de que estaba completamente descargado, vaya suerte, supongo que lo cargaré en el instituto, no es el fin del mundo pasar unos cuantos minutos sin celular.

Luego de una ducha, de vestirme y arreglarme para irme bajo las escaleras esperando encontrarme con mi madre, pero para mi sorpresa ella no estaba, fui a la cocina y vi una nota de ella que decía "Buenos días, cariño, lamento no poder desayunar contigo esta mañana, tuve que salir a preparar unas cosas para mi negocio, te dejé comida lista, si quieres recalentarla usa la cocina porque no hay energía eléctrica, así que no podrás usar el microondas, que tengas un excelente día, con amor, Mamá". Ya veo, o sea que ni siquiera podré ver algo mientras desayuno, rayos.

En fin, al abrir el contenedor con mi desayuno noté que este seguía caliente, por lo que no tuve que recalentarla en la estufa, me senté en la mesa a comer mi comida en silencio ya que no podía ver ni videos en YouTube ni algún programa en la televisión, o tampoco podía revisar mis redes sociales, por lo que solo terminé mi desayuno, me cepillé los dientes, tomé mi mochila y me fui de la casa.

Al no haber cargado mi celular mi alarma no sonó, así que iba algo tarde para el instituto, probablemente la primera clase ya comenzó a estas alturas, pero bueno, ya que, es mejor tarde que nunca, supongo.

Mientras me dirigía al instituto noté algo raro, casi no había nadie en las calles, en todo el trayecto vi a lo mucho 2 carros transitar las carreteras, vi como 3 personas caminar, y todas eran furries, una se me quedó viendo raro, de una forma que no sé explicar, pero me dio hasta escalofríos.

Cuando estaba a escasos metros de la entrada del instituto me topé con una furra que iba caminando por la misma acera que yo, me la crucé de frente, esta al verme solo se espantó.

—¡T-Tú no deberías estar aquí! ¡Aléjate de mí!

Solo gritó y empezó a correr como loca, huyendo de mí ¿Qué demonios fue eso?

Luego de ese desconcierto entré finalmente al instituto, el lugar estaba completamente desierto, no había ni una sola alma ahí, lo mismo que en las calles, esto era algo muy extraño. No vi nadie en el patio, parecía una ciudad fantasma.

De la nada, a lo lejos, vi a la conserje dirigirse hacia mí, parecía alarmada, me dio un mal presentimiento, no paraba de gritarme, pero no podía entender del todo lo que me quería decir.

—¡Oye, tú! ¿Qué haces aquí? Tu no deberías estar aquí.

¿Qué? ¿Eso otra vez? Es la segunda persona que me lo dice hoy.

—¡No te muevas, muchacho! Quédate ahí.

Contrario a su instrucción, instintivamente comencé a correr, me dirigí al interior del edificio donde estaba mi salón, podía escuchar a la conserje corriendo detrás de mí, no entendía lo que estaba pasando, ¿Por qué la conserje me está persiguiendo? No pensaba averiguarlo, más si eso suponía el riesgo de meterme en problemas.

Corrí por los pasillos hasta perderla, lo cual no fue cosa fácil, pude meterme a un salón antes de que me viera, logrando así perder a la conserje.

Cuando creí que estaba a salvo me di la vuelta y me topé con algo bastante curioso, me había metido a un salón diferente al mío, pero lo raro es que solo había chicas, no había ni un chico, no me refiero a humano, sino que ni siquiera ni un furry, todas se me quedaron viendo de forma extraña.

Instituto FurryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora