22. Todo sigue igual

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Narra Dante

Después de terminar mi comida me puse a contestar todos los mensajes que las chicas me habían mandado, todavía no estaba seguro si contarles que casi me devoran vivo por ir al instituto, lo más probable es que me regañen, así que mejor dejamos eso en suspenso por ahora.

La primera con la que hablé fue Anya, necesitaba saber cómo se encontraba ella y que todo estuviera en orden, la imagen de ella siendo una bestia salvaje e incontrolable me preocupa un poco la verdad.

—Todo está bien, cariño, no te preocupes, ni siquiera fui al instituto hoy, mi padre no quiso que fuera, dijo que era mejor perderme un día de clase a arriesgarse a que me saliera de control.

—Nunca creí que diría esto, pero estoy de acuerdo con tu papá.

—Jajaja yo tampoco, pero es bueno que por fin tomara una buena decisión para variar.

—Si, imagino que él está en casa también.

—Aquí está, descuida, está en el patio trasero, aprovecha este día para dedicarse a su pasatiempo.

—¿Cuál es?

—Armar aviones y botes a escala.

—¿Es en serio? —dije mientras soltaba una carcajada.

—En serio jajaja, no entiendo que haya de divertido en eso, es como armar rompecabezas, solo que más complejos y más caros.

—Jajaja es verdad.

—Pero bueno, lo que sea que lo mantenga entretenido y me permita hablar contigo tranquilamente será bueno.

—Lo mismo digo.

—¿Y qué tal tu mañana? ¿Tu mamá salió de la casa?

—Si, quiso ir a ver algunas cosas, cuando me desperté ella ya no estaba, ya me había dejado el desayuno listo, así que solo lo recalenté y me puse a desayunar.

—Awww te consiente demasiado.

—Nah, simplemente es una cortesía, es todo, yo haría lo mismo por ella, ella lo sabe.

—Jaja supongo que sí.

—Oye ¿Y tu mamá si fue a trabajar?

—Si, ella sí.

—Supongo que los abogados nunca descansan.

—Un poco, aunque en este caso fue porque es mujer y ella sí puede salir por el día de celo.

—Sabes, siempre creí que ese día de celo era un mito.

—¿No pasaba esto en Japón?

—No, no sé a qué se deberá, pero no hacíamos eso, simplemente las furries que había faltaban y eso era todo, se reportaban como enfermas.

—Ah, pero si tomaban sus medidas con ellas.

—Si, pero no se hacía todo un protocolo como aquí, simplemente les daban día libre y listo.

—Ya veo.

—Aunque imagino que debe ser difícil lidiar con eso ¿No?

—La verdad es que sí, es un impulso feroz que está dentro de ti, que provoca que actúes y pienses de forma en la que no lo harías normalmente, te conviertes en alguien totalmente diferente.

—Wow, eso suena salvaje.

—Créeme, Dante, si te tuviera aquí conmigo, no saldrías vivo de esta.

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