Capítulo 18. Oh, oh

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NOTA DE LA AUTORA: Hoy estoy generosa... Así que os dejo la segunda parte de esta gran fiesta. Si conseguís que este capítulo llegue a los 18 votos (en honor al número del capítulo y a lo que se viene de ahora en adelante), os subo el siguiente... It's up to u, girls 😏 Yo solo voy a decir que hoy he escrito varios capítulos y tengo muuuuuchaaa calor...

Violeta y Chiara seguían besándose. Sus lenguas bailaban un tango apasionado dentro de sus bocas mientras ambas se acariciaban mutuamente. Las dos sentían un calor inmenso recorrerles el cuerpo y cada vez podían resistir menos las ganas que tenían de que aquello pasara a palabras mayores.

- Kiki... - dijo jadeante Violeta.

- Dime... - le respondió de la misma manera Chiara.

- ¿Y si nos vamos de aquí? - se acercó a su oído y susurró -. No aguanto más sin comerte entera.

Un escalofrío recorrió a la joven pelinegra que, sin pensárselo dos veces, asintió.

- Ves pidiendo un Uber, yo aviso a Bea - dijo Violeta sacando su teléfono del bolsillo.

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TELÉFONO DE VIOLETA
(Bea 🧚🏼‍♀️ - 3:42 h)

Violeta: bes

Violeta: nis vmosk a la redi

Violeta: 🌝

Violeta: bwsos 💋💋

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Las dos se besaban apasionadamente por el pasillo de la residencia. Se chocaban con la pared, ansiosas por comerse. Se agarraban, más que tocarse, para no dejarse ir, para que ninguna pudiera escapársele a la otra. De vez en cuando, una se apartaba un poco para respirar y las dos sonreían cómplices. Llevaban tanto tiempo esperando ese momento que ya no podían apagar el fuego que se había encendido en sus adentros. Chiara abrió la puerta de su habitación, y sin dejar de besarse, entraron al cuarto. Violeta empujó a Chiara a la cama y esta se quedó bocarriba mirándola. La pelirroja la observaba de pie. «Quiero hacer contigo todo lo que la poesía aún no ha escrito» pensó, recordando los versos de Elvira Sastre. La miraba con deseo, un deseo que llevaba creciendo semanas y que Violeta hacía tiempo que había olvidado que podía llegar a sentir.

- ¿Vas a venir o te vas a quedar ahí de pie mirando? - dijo la joven incorporándose sin dejar de mirarla.

- Podría mirarte durante horas - respondió Violeta. Chiara se mordió el labio inferior e hizo el intento de levantarse, pero la pelirroja se lo impidió, empujándola de nuevo y sentándose encima de ella. Sus labios no tardaron en volver a juntarse. Sus lenguas no tardaron en volver a encontrare. No se besaban, se devoraban. Allí estaban las dos, perdiéndose en la humedad de sus bocas, jadeando sin cesar. Ninguna podía acabar de creérselo. Violeta abandonó la boca de la pelinegra para centrarse en su cuello. Lo besaba, recorriendo cada rincón, aspirando, de vez en cuando, su piel entre sus carnosos labios y cuando llegó a la altura de la oreja, le dio un suave mordisco, acompañado de un sensual lametazo.

- Fuck - gimió Chiara, a la que se le había erizado la piel tras el contacto. Su respiración ajetreada la delataba y Violeta no podía estar disfrutando más de verla así de excitada.

- Ya no hace falta que me folles en tu cabeza - le susurró al oído recordando la canción que le había cantado en el sofá -. Ahora puedes hacerlo de verdad -. Chiara sintió una corriente eléctrica recorrerle la espalda. Puso sus manos en las nalgas de la pelirroja y apretó fuerte acercándola más a su cuerpo. La besó con ganas, como se besan las parejas que llevaban meses sin hacerlo, como si el deseo que sentía le quemara por dentro. El corazón parecía que se le iba a salir del pecho, o del coño. Ya no sabía. Violeta empezó a moverse encima de la pelinegra y un pequeño gemido se escapó de entre los labios de la pelinegra. Notaba sus cuerpos rozarse y los jadeos cada vez eran más frecuentes e intensos. Chiara llevó una mano a la cara de Violeta y pasó su pulgar por los labios de esta.

ENTRE ACORDES Y RECUERDOS | KIVI AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora