Capítulo 28. Feliz cumpleaños

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TELÉFONO DE VIOLETA
(Bea 🧚🏼‍♀️ - 17:38 h)

Bea: vio

Bea: estás con kiki?

Violeta: sí, por?

Bea: vale

Bea: entretenla un poco y venid a las 18

Violeta: wtf?

Violeta: estamos a dos calles...

Bea: tú hazme caso

Bea: nos vemos luego

Bea: un beso 💋

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«¿Y ahora qué coño me invento yo para estar 20 minutos dando vueltas?» se preguntó a sí misma. «¿Para qué querrán que lleguemos tarde? A ver si nos están preparando una encerrona... Uf... Bea. Te voy a matar. Te lo juro».

- ¿Vamos? - preguntó Chiara.

- ¿Eh? No, no. Ven... Quiero entrar en esta tienda - dijo señalando la primera puerta que encontró.

- ¿En una ferretería? - preguntó confusa.

- ¿Una ferretería?

- Sí, Vio. Esto es una ferretería... No, si al final va a ser verdad que te falta un tornillo - rio.

- Eh... Esto... - «Mierda. De todas las tiendas que hay aquí y voy y elijo una fucking ferretería» -. Es que quiero comprar un colgador para la habitación - dijo lo primero que se le vino a la cabeza.

- Pero, Vio... Si tenemos varios detrás de la puerta. ¿Qué dices?

- Ah, ¿sí? No me había fijado...

- ¿Estás bien? Te noto rara...

- Sí, sí. Ven - dijo tomándola del brazo y entrando en la tienda.

- ¿Pero qué más quieres de aquí?

- Eh... No sé, vamos a dar una vuelta y miramos. Nunca sabes lo que puedes encontrar en una ferretería... Quizás te sorprende con algo que no sabías que necesitabas.

- ¿De verdad que estás bien?

- Claro, Kiki - dijo dándole un beso en la mejilla.

- Bueno, vale... Pero no tardemos que nos están esperando y luego siempre me dicen que llego tarde... - sonrió.

Tras varios minutos dando vueltas por la tienda sin ningún tipo de sentido, Violeta decidió que ya era hora de irse. Sacó a rastras a Chiara, que se había entretenido observando e intentando averiguar para qué narices servía cada herramienta, y se dirigieron al bar donde el resto las esperaba.

Barrieron el local en busca de sus amigos, que estaban en una mesa al fondo del lugar. Se acercaron a saludarlos y, cuando estuvieron a dos pasos de ellos, todos se levantaron de golpe sacando un pastel de chocolate con dos grandes velas del número 20.

- ¡FELICIDADES, KIKIIIIIIII! - gritaron a la vez. La pelinegra se quedó petrificada y enseguida empezó a dar saltitos de emoción. «¿Felicidades? ¿Y esas velas? ¿Es su cumpleaños y no lo sabía?» se preguntó Violeta. Todos se abalanzaron sobre la joven, la abrazaron y empezaron a llenarla de besos. Ella les agradecía enormemente el gesto con una gran sonrisa en el rostro.

- Pero, Kiki - dijo la pelirroja con una mueca triste -, ¿es tu cumpleaños y no me has dicho nada?

- Ah, ¿no? - se sorprendió esta -. Vaya... Se me debió pasar... Hablo tanto que ya no sé qué te he contado y qué no... El TDAH supongo - rio -. ¡Pero no pasa nada, Vivi! Me puedes felicitar ahora - sonrió.

ENTRE ACORDES Y RECUERDOS | KIVI AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora