Capítulo 16. Pessigolles

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NOTA DE LA AUTORA: Os estoy dejando en comentarios los nombres de las distintas canciones que van saliendo. Para una mejor experiencia, recomiendo que las escuchéis si no las conocéis ya que juego mucho con la música. Por otro lado, no puedo obviar la lengua materna de Chiara, así que voy introduciendo pequeñas cosas en catalán. En los siguientes capítulos hay dos partes bastante importantes en ese idioma. Os voy a dejar la traducción en comentarios para que lo entendáis todo bien, ya que sino pierde la gracia. Petonets (besitos) de una catalana.


«Bonita canción». Las palabras de Violeta volvían una y otra vez a la mente de Chiara. Después del concierto en «El Llit», la pelirroja se había acercado a la joven para darle la enhorabuena. No podía dejar de pensar si se habría dado cuenta de que la letra hablaba de ella. «Qué vergüenza» pensaba, «debería haber cantado otra... Será por canciones». Martin no le había dicho nada sobre la conversación que había tenido con Violeta, ambos habían hecho un pacto de silencio. La pelirroja no se sentía preparada para abrirse así a todos. Ni a Chiara. No Todavía. Ruslana, por otro lado, no dejaba de insistirle en que debería decirle algo.

- Dios, Kiki. Si es que se nota a tres mil quilómetros que os queréis comer la boca.

- Fuck, Rus. No sé qué me pasa... Cuando está cerca I can't think straight.

- Ni que lo digas, amiga - estalló en carcajadas.

- Idiota - Chiara empezó a reír también -. Debería hablar con ella, ¿no? - Ruslana asintió -. ¿Y si dejo que todo fluya? No quiero forzar las cosas... ¿Y si no le gusto?

- ¡Por favor, Kiki! ¿Pero tú tienes ojos? Si te de-vo-ra con la mirada.

- Ay, no sé... - la pelinegra escondió su cara entre sus manos agobiada. No estaba acostumbrada a sentirse así.

- Kiki, de verdad. Os gustáis. Se nota - dijo poniendo una mano sobre su espalda -. ¡Si el otro día casi os coméis la boca, joder! - Chiara la miró y frunció el ceño.

- ¿Cómo sabes tú eso?

- Me lo ha dicho Bea. Perdón, Kiki...

- No te preocupes, Rusli. No sé si estaba preparada. Quiero decir, quería, pero... me asusta.

- ¿Por? ¿Des de cuándo lanzarte te ha asustado, Kiki?

- Pues no sé... Me pongo muy nerviosa cuando pienso en eso con Violeta...

- ¡Venga ya! ¿Tú? Si las dejas a todas temblando.

- Ya, pero... No es lo mismo. Con Vio me siento diferente... Se siente diferente... No sé, Rusli. Las otras tías me daban igual, pasaba el rato, me divertía, pero nunca había sentido nada más allá por nadie.

- ¿Ni por mí? - preguntó juguetona.

- Anda, Rus. ¡Me vas a comparar! Contigo es todo un juego, ni siquiera nos liamos de verdad. Somos amigas - rio, pero a la pelirroja esas palabras se le clavaron como un puñal -. No sé... He estado con muchas chicas y nunca he tenido ningún problema en lanzarme. Con ellas siento que tengo el control y lo disfruto, pero con Vio es diferente... Ella... Ella me pone muy nerviosa. Tía, si casi no soy capaz ni de devolverle las tiradas de ficha que me hace. Estoy perdiendo mi toque... Pero es que a la vez me hace sentir tan segura, tan bien... - suspiró - Creo que me estoy pillando y me asusta.

- Ni que lo digas, amiga. Esa tía te tiene cogida por el rabo - ambas rieron -. Ahora en serio, entiendo que te agobie porque de verdad se nota que sientes algo por ella, pero todo saldrá bien. Ya verás. Si no quieres dar el paso todavía, no lo hagas. Pero créeme... Confía - Chiara la miró y sonrió.

ENTRE ACORDES Y RECUERDOS | KIVI AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora