Capítulo 15. Café para dos

1K 47 3
                                    

- ¿Café? - preguntó Martin.

- Por favor y gracias - respondió Violeta.

El moreno le extendió la taza esbozando una gran sonrisa y Violeta le agradeció el gesto. Se quedó mirando al chico, que se preparaba unas tostadas en la cocina, y sonrió. Habían hablado pocas veces, pero cuando lo habían hecho, había sentido una conexión profunda con él y la última conversación en la taberna le había dado qué pensar.

- Martin... - dijo con un hilo de voz.

- Dime, Vio.

- Yo... Esto... Sobre lo que me dijiste ayer... ¿Iba en serio?

- Claro que iba en serio. Dios, Chiara me mataría si supiese que te lo he dicho, pero no sé... Necesitaba hacerlo. Cómo os miráis... Hasta un ciego se daría cuenta.

- ¿Y crees que debería decirle algo? - preguntó tímidamente.

- Eso ya es cosa vuestra, Vio... Yo lo haría... Es decir, ¿qué te lo impide? - dijo ajeno a todo.

- Uhm... ya... - Violeta sabía perfectamente lo que se lo impedía. Aunque daba por finalizada su relación con Julia, no podía dejar de pensar en ella y, de alguna forma, sentir lo que estaba empezando a sentir por Chiara se sentía infidelidad.

- ¿Estás bien? - preguntó Martin al ver los ojos vidriosos de la pelirroja.

- Yo... Sí... Bueno... No - rompió a llorar. Llevaba días conteniéndose.

- ¡Vio, bebé! - el joven corrió a abrazarla y Violeta se aferró a él, como si su vida dependiera de ello. El chico la acarició hasta que su llanto empezó a apaciguarse y la joven comenzó a respirar algo más calmada -. ¿Quieres hablar? - Violeta suspiró.

- Es que... Es complicado... - empezó a decir.

- No tienes que contármelo si no quieres...

- Pero es que necesito sacarlo. Dios - se golpeó la frente con las palmas de las manos, agarrándose la cabeza desesperadamente -, lo he hablado con mis amigas de Granada, pero...

- Necesitas a alguien que te abrace mientras lloras, ¿verdad? - dijo el chico intensificando el abrazo. Violeta dejó caer una lágrima y asintió -. Puedes contar conmigo, Vio. Tú me consolaste sin ni siquiera conocerme, es lo mínimo que puedo hacer por ti.

- Chiara me gusta - comenzó a hablar -. Me gusta de verdad. Hacía tiempo que no me sentía tan bien con alguien, ¿sabes? La conexión que tenemos... - Martin asintió. Era incuestionable -, pero siento que no está bien.

- ¿Por qué no está bien, Vio? Las dos sois libres.

- Bueno... Sí y no - el joven la miró sin acabar de entender a qué se refería -. Es que yo... tengo novia... o no, ya no sé... - de nuevo se le escaparon unas lágrimas. Martin le cogió las manos y las acarició suavemente.

- ¿Cómo que no sabes?

- Pues eso. Que no sé. No sé si lo hemos dejado o no.

- No entiendo - dijo el joven. Violeta comenzó a explicarle toda su historia con Julia. Las idas y venidas, los comentarios de la chica, la infidelidad confirmada y las muchas otras que sospechaba, los ataques de celos, la última noche en Granada. Todo.

- Y desde entonces no hemos vuelto a hablar. Han pasado ya más de dos semanas y no sé nada de ella. Encima me bloqueó y no sé qué significa eso. Mi amiga Denna me ha dicho que me olvide, que lo nuestro se acabó, pero no siento que pueda pasar página así, sin hablar... y luego está Kiki, que llega con esa sonrisa y me descoloca todavía más - sonrió recordando a la joven y cien mariposas revolotearon en su estómago - y no sé. Estoy hecha un lío. El otro día casi nos besamos, ¿sabes? - a Martin se le abrieron los ojos como platos.

ENTRE ACORDES Y RECUERDOS | KIVI AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora