Capítulo 37. Repite eso

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- Violeta, mi amor. Yo también te he echado de menos - dijo acercándose a la joven. Intentó agarrar sus manos, pero Violeta se echó para atrás enfadada -. Bueno, si lo sé no vengo...

- ¡¿Que qué coño estás haciendo aquí, joder?! - volvió a preguntar.

- Pues he venido a verte. ¿No es obvio?

- ¿A mí? ¿Tú? - rio sarcásticamente -. No me jodas, Julia. Llevas más de un mes sin hablarme. Me llamaste puta zorra, me dijiste que no volviera y luego me ignoraste todos los mensajes y todas las llamadas. Ah, sí, y para colmo... ¡ME BLOQUEASTE! - gritó furiosa.

- Bueno, mi amor... Un error lo tiene cualquiera, ¿no? - se acercó más a ella con cara de niña buena -. Te he echado de menos, Violeta.

- Esto es una broma, vamos. Una fucking broma.

- Claro que no, mi amor. Fue una discusión tonta, pero ya estamos juntas otra vez.

- ¡¿Una discusión tonta?! - dijo con rabia -. ¡Te lloré todas las noches durante días, Julia! ¡Me sacaste arrastras de la fiesta, me llamaste puta zorra y desapareciste! ¿A eso llamas tú una discusión tonta? - resopló.

- Bueno... Se me fue un poco de las manos... Pero... Tú tampoco pusiste de tu parte, mi amor.

- Que no me llames mi amor, Julia. Que yo no soy tu amor.

- Venga, cálmate un poco. Vamos a hablar las cosas tranquilamente.

- Yo no tengo nada de qué hablar contigo, Julia - la miró a los ojos fijamente -. ¡Nada! ¡¿Te queda claro?! Tú y yo - dijo señalándolas y con cara de asco -, lo que creas que somos, se acabó. ¿Me oyes? Se acabó en el momento en que decidiste bloquearme así que lárgate.

- No me voy a ir a ninguna parte, mi amor. Cuando estés un poco más calmada, hablamos - dijo sentándose en el sofá como si nada.

- ¡Que te he dicho que te largues, Julia! ¡¿Qué parte no entiendes?! - gritó señalando el pasillo.

- ¡Y yo te he dicho que no me voy a ir a ninguna parte! - dijo levantándose del sofá y caminando bruscamente hasta Violeta.

- Pues entonces me voy yo - sentenció la pelirroja.

- Tú no te vas a ningún lado - la agarró del brazo con rabia, clavándole y hundiendo fuerte los dedos en su piel.

- Suéltame - le pidió calmada Violeta.

- No hasta que hablemos.

- He dicho que me sueltes, Julia. Suéltame - la rubia la agarró aún con más fuerza. Sus dedos se marcaban en la piel de Violeta, a la que realmente empezaba a dolerle -. ¡Que me sueltes, joder! ¡Me estás haciendo daño!

- Tú también me haces daño a mí - se señaló el pecho - aquí - dijo dando un par de golpes en el centro.

- A ti no puedo hacerte daño ahí - la miró con desprecio - porque no tienes corazón.

- Repite eso - dijo con rabia tirando de ella para acercarla a su cuerpo y agarrándola del otro brazo con la misma fuerza.

- Ya me has oído - dijo con un hilo de voz. Su cuerpo temblaba de miedo y tenía unas ganas inmensas de ponerse a llorar. Nunca había visto a Julia tan consumida por la rabia y sus ojos estaban en cólera. Tragó saliva y notó cómo se hacía pequeña entre sus brazos.

- Dímelo a la cara si te atreves - Violeta intentó zafarse de ese amarre, en vano -. ¡¿Qué?! Ya no eres tan valiente, eh, Violetita.

- Suéltame, Júlia. Me haces daño - dijo a punto de romperse. La rubia la agarró con más fuerza.

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⏰ Última actualización: May 04 ⏰

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ENTRE ACORDES Y RECUERDOS | KIVI AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora