Capítulo 13. Cherry Chapstick

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El resto del día transcurrió con normalidad. Cada uno había asistido a sus respectivas clases y por la tarde se habían encontrado en la residencia. Después de un rato charlando, habían empezado a arreglarse para la noche. Cuando Chiara salió de la habitación, los demás ya estaban en la cocina preparando unas pizzas para cenar.

- Guau. ¿De dónde es ese top? – dijo Violeta cuando la vio aparecer.

- De Menorca – respondió Ruslana sin pensar. Bea y Álvaro estallaron en carcajadas y Chiara se empezó a poner tan roja como su camiseta. Violeta, inocente, miraba a Ruslana sin entender el comentario –. Ah, la camiseta dices – rio.

- Es del Zara – respondió finalmente la menorquina avergonzada –. No le hagas caso a Rus... – En ese momento Violeta entendió el comentario y no pudo evitar que se les escapase una risa.

- Cómo te pasas, Rus – dijo la pelirroja dándole un golpe flojo en el brazo –. Acabo de pillarlo. – Chiara miró a su amiga amenazante.

- No he dicho ninguna mentira – levantó los brazos haciéndose la inocente.

- Dios, te voy a matar – la pelinegra empezó a correr hacia donde estaba Ruslana, que empezó a huir. Las dos corrían por la sala, Chiara buscando atrapar a la pelirroja y esta intentando escapar de ella. Al final la pelinegra ganó y acabó empujándola al sofá. Se puso encima de ella y, agarrando un cojín, empezó a golpearla.

- ¡Vale, vale! Me rindo – dijo exhausta –. Tú ganas –. Estiró los brazos ofreciéndole un abrazo de reconciliación que Chiara aceptó con agrado.

- Eres una guarra – le susurró al oído.

- Ya me lo agradecerás – le respondió de la misma manera –. Ahora quita, que tengo hambre – la empujó tan fuerte que cayó al suelo.

- ¡Kiki! ¿Estás bien? – Violeta había presenciado la hostia que su amiga se acababa de dar.

- ¡Todo bien! – dijo levantando el pulgar.



Después de cenar, los jóvenes se sirvieron unas copas. Era habitual en ellos empezar a beber antes de ir a la discoteca. Hablaban, bailaban y, a veces, jugaban a juegos.

- Oye, ¿y si jugamos a algo? – preguntó Alex –. Así para calentar un poquito el ambiente...

- ¿Hacemos un «yo nunca»? – propuso Bea.

- ¿Un qué? – Chiara no entendía.

- Un «yo nunca» – repitió Ruslana. Chiara puso cara de seguir sin entender nada –, uno dice yo nunca nunca he hecho tal y si lo has hecho, bebes.

- Ah – puso cara de entender –, un «jo mai mai».

- Lo que tú digas, Kiki – rio Álvaro.

- Vale – aceptó Alex –, ¿quién empieza?

- Violeta, por nueva – se apresuró a decir Ruslana.

- ¿Yo? – se señaló –. Buf... Yo nunca nunca... – dudó – he vomitado y he seguido bebiendo –. Ruslana y Álvaro bebieron.

- ¿Qué pasa? – preguntó Ruslana al ver las caras de sorprendidos de sus compañeros –. Quien tenga miedo a morir que no nazca.

- Touché, hermana – dijo Álvaro alzando su copa y brindando con la pelirroja –. Venga, Kiki, te toca.

- Jo mai mai... he dudado de mi sexualidad.

ENTRE ACORDES Y RECUERDOS | KIVI AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora