O30. i'm just too soft for all of it

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capítulo treinta !

y las voces que imploran, deberías estar haciendo más
a vos te puedo admitir, que soy demasiado blando para todo eso

❪ y las voces que imploran, deberías estar haciendo mása vos te puedo admitir, que soy demasiado blando para todo eso ❫

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3 DE OCTUBRE, 2022

Omnisciente

HABÍA SIDO UNA semana bastante complicada para Camila. Aquel viernes había terminado más exhausta que nunca, y aunque su cansancio era más mental que físico, había estado esperando con ansias a que llegue el fin de semana desde el primer inconveniente que se le presentó el lunes.

En Manchester no había parado de llover en toda la semana y eso empeoró su humor. Las clases en el taller se volvieron más pesadas y con mucho más trabajo de lo normal al tener varias obras programadas en la semana. Camila se lamentaba a sí misma por no haber disfrutado lo suficiente su última siesta diurna hasta que no pudo hacerse ni un tiempito para tenerla.

Septiembre fue un mes tranquilo, quizás el único que pudo tener. Octubre arrancó con miles de entrevistas diarias por Argentina, 1985, demasiados partidos de Julián (en los cuales, para su mala suerte, no era titular la mayoría de las veces) y el cierre de su carrera universitaria. Lamentablemente, Camila no pudo disfrutar ni festejar su graduación por estar tan colmada de trabajo, pero al menos ahora era un peso menos en su espalda.

Y, no menos importante, ahora era Licenciada Bardel.

Aunque aquel viernes había empezado relativamente normal, a lo largo del día habían empezado a empeorar las cosas. Había faltado una maestra de otro grupo y le tocó hacer el doble trabajo ante la ausencia de su compañera, por lo que la cabeza casi le explotó por tantos niños en conjunto. Tenían que terminar con los ensayos para la obra familiar del sábado y ni siquiera le habían depositado el sueldo todavía. Realmente todo ese rejunte de malas rachas la hacía colapsar.

Pero algo que podía rescatar de todo eso era que tenía a Julián acompañándola en cada trabajo que debía terminar. Se encargaba de cebarle mates detrás de la cámara donde Camila tomaba su entrevista por Zoom, la iba a buscar y la llevaba donde ella necesitara ir, y se quedaba con ella hasta altas horas de la noche cuando ella tenía que organizar sus clases, incluso cuando se estaba muriendo de sueño. Y lo mejor de todo eso era saber que él no se sentía obligado a hacerlo, era algo que le nacía y no algo que tenía que pedirle. Aunque Camila sabía que si le pedía a Julián que corra diez vueltas en el Big Ben, él lo haría con tan de verla feliz.

Para su mala suerte, por más que quisiera, no tenía tiempo que agradecerle a Julián lo mucho que le ayudaba su compañía. Terminaba el día tan abatida que solo podían pasar tiempo de calidad al acostarse a dormir. Pero, como hombre más perfecto no hay, a Julián le bastaba y le sobraba el simple hecho de poder abrazarla al dormir.

𝐃𝐄𝐋𝐈𝐂𝐀𝐓𝐄¹, julián álvarez. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora