Mike
Subestimé el papel de Noah en esta casa. Bastaron solo dos horas para que todo se volviera un caos para mí. Briana era quien peor estaba tomando la despedida de Noah. Comenzó a hacer berrinches desde temprano, rechazando la comida y, si salía de su habitación, era para lanzarme uno de sus juguetes.
No sé por qué piensa que es mi culpa que se haya ido. ¿Cómo puede llegar a esa conclusión cuando Noah mismo le explicó que se marchaba a buscar a su pareja?
Acosté a Dylan en su cuna, y batallé más de lo habitual para hacer que se durmiera. Él era demasiado pequeño para entender que Noah se había marchado, pero su ausencia lo llenaba de ansiedad. Se había acostumbrado a estar en sus brazos, a que Noah lo consintiera, a que le diera de comer. Aunque no lo entiende aún, estoy seguro de que, con el comportamiento de su hermana, solo se inquieta más.
El timbre sonó y maldije en voz baja cuando Dylan se removió en la cuna. Por suerte, se quedó dormido de nuevo. Salí de la habitación, no sin antes supervisar el estado de Briana.
Una muñeca golpeó mi cabeza y me quejé de inmediato. Briana se dispuso a lanzarme otra, pero cerré la puerta.
-Problemas de agresividad, pero al menos tiene buena puntería - comenté mientras tocaba mi frente y me sorprendía al ver sangre en mi mano.
Esas muñecas son un peligro.
Caminé hacia la puerta, restándole importancia al rasguño en mi frente. Abrí la puerta y no supe cómo reaccionar al ver a Melek delante de mí. No estaba solo, estaba acompañado de sus guardias y su secretario.
-¿Quién te hizo esto? - Me agarró del brazo y me obligó a sentarme mientras me rodeaba con sus feromonas. Cerré los ojos ante el cosquilleo que estas producían en mi piel. Me estaba curando con sus feromonas y ni siquiera sabía que eso era posible. -Dejen los regalos y luego retírense - le ordenó a su gente.
Ni siquiera me había fijado en las cajas y bolsas que trajeron hasta que abrí de nuevo los ojos y lo vi dejando los presentes a un lado de nosotros.
-¿Estás bien? ¿Quién te lastimó? - volvió a cuestionar, visiblemente molesto.
-Una niña de 5 años muy... furiosa - respondí mientras lo abrazaba, necesitaba ese contacto, esa recarga de energía.
-¿Qué pasó? - acarició mi cuello para impregnarme con sus feromonas y calmarme.
Lo solté y se sentó a mi lado. Le conté brevemente que los niños se habían apegado mucho a Noah y que este decidió irse para ver a su esposo, y los niños lo estaban tomando mal.
-Tengo miedo de que Briana me odie, de que no me quiera y... - me detuve cuando mi voz comenzó a temblar.
-No te odia. Solo es una niña, siendo una niña. Míralo desde su perspectiva, siempre que se encariña con las personas que la cuidan, la abandonan - acarició mis manos. -Se encariñó con Noah y este ahora dice que se va. Aunque no se trate de una despedida definitiva, ella ve la situación como si la estuvieran abandonando de nuevo y que probablemente tú harás lo mismo -entrelazó nuestras manos.
Me duele que esté molesta, que se sienta asustada, que piense que nuevamente la van a abandonar. Yo nunca le haría eso.
-¿Qué hago? No puedo obligar a Noah a quedarse aquí. Él tiene su vida, pero tampoco quiero que los niños la pasen mal.
Todo es más fácil cuando él está aquí. Los niños están felices, y yo... también.
Lo necesito, pero no puedo necesitarlo.
- Deja que se calme y luego habla con ella, déjale claro que los demás pueden ir y volver, pero que tú nunca la dejaras- subrayo con cierto tono que llamó mi atención.
ESTÁS LEYENDO
THE GUILTY PLEASURE (CUARTO LIBRO DE LA SAGA AES)
WerewolfCUARTO LIBRO DE LA SAGA AES En una dimensión donde los susurros de la magia se entrelazan con los oscuros secretos de los lobos, la vida de Lucas, un omega marcado por el desprecio desde su nacimiento, se ve envuelta en un manto de soledad. Con una...