31. High (Maratón 1/3)

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Noah

El rostro de Mike estaba rojo y su respiración era acelerada. Percibí un olor en él que nunca antes había olido, un aroma dulce y provocador. ¿Era posible que estuviera usando un perfume de feromonas?

—¿Por qué se fue? —preguntó Mike con preocupación en su voz.

—Comenzó a decir estupideces. Creo que es un estafador —respondí con disgusto, mis palabras salieron más duras de lo que pretendía. No podía entender cómo habían conseguido el número de cuenta de Mike, pero estaba decidido a investigar y bloquear a esos estafadores por él.

Me giré para entrar a la casa, pero Mike me detuvo, su mano en mi brazo, su toque enviando una corriente eléctrica por mi piel.

—Noah... No sé qué pasó. Pero solicité sus servicios —suspiró con frustración, sus ojos evitando los míos—Esto es muy incómodo y vergonzoso, pero no puedes entrar. Ve con los niños, están con mi madre. Estoy a punto de entrar en celo y ahora tengo que solicitar otro acompañante por tu culpa... —cerró los ojos y volvió a tomar aire, como si cada respiración le costará.

El aire se llenó con el olor de sus feromonas, envolviéndome, haciéndome consciente de cada centímetro de su cuerpo, de cada línea de tensión en su rostro.

—Perdón, Mike. Juro que no lo hice a propósito. Pensé que mentía. Si puedo ayudarte en algo, haré lo que quieras —dije, mi voz baja y cargada de arrepentimiento.

Mike me dejó pasar, pero sus ojos no se apartaron de mí, cargados de una mezcla de frustración y algo más. Se sentó en el sofá, su cuerpo temblando ligeramente. El aire entre nosotros estaba cargado de tensión, la proximidad de su celo hacía que cada segundo se sintiera como una eternidad.

—¿Harás lo que quiera? —murmuró, sus ojos clavándose en los míos, desafiantes y vulnerables al mismo tiempo.

Me acerqué lentamente, sintiendo el calor que irradiaba de su cuerpo. Cada fibra de mi ser quería protegerlo, pero también... algo más profundo, más instintivo, rugía dentro de mí.

—Lo que quieras —repetí, mi voz baja y firme. No podía apartar la vista de sus labios entreabiertos, su respiración acelerada.

Mike se levantó de golpe, acortando la distancia entre nosotros. Podía sentir su aliento en mi piel, la atracción palpable, casi tangible.

—Entonces, quédate. Necesito... Necesito a alguien que me ayude a pasar esto. No me dejes solo, Noah —su voz era un susurro suplicante, cargado de una necesidad que reconocía en lo más profundo de mí.

Mis manos se movieron por su cuenta, sujetando sus hombros. El calor de su cuerpo traspasaba la tela de su camiseta, y la fragancia de sus feromonas era intoxicante. Era mi mejor amigo, pero en ese momento, todo lo que importaba era el deseo primitivo de cuidarlo, de ser el alfa que necesitaba.

—No iré a ningún lado, Mike —murmuré cerca de su oído, mi voz ronca por la tensión—Estoy aquí, y no dejaré que pases esto solo.

Sostenía a Mike en mis brazos, sintiendo cómo temblaba. Sabía que su reciente celo lo estaba afectando profundamente, y me preocupaba por él.

—Tengo miedo, Noah —su voz temblaba, reflejando el conflicto interno que estaba viviendo—Me siento... caliente y desesperado, porque me toques, porque me toques más... pero, al mismo tiempo, se siente como si esto estuviera mal. Eres mi mejor amigo y te necesito ahora, pero necesitarte está mal.

Mike se aferró a mi camisa, sus garras de lobo arañándola ligeramente. Su desesperación me partía el corazón. Acaricié su cuello suavemente, tratando de impregnar mis feromonas para calmarlo. Sentí cómo su cuerpo adopta una actitud más sumisa y tranquila bajo mi toque.

THE GUILTY PLEASURE (CUARTO LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora