Evelyn

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—¡Adoro el desfile! Siempre viendo a la gente gritar nuestro nombre —escuché una voz que se me hacía bastante familiar—. Había chicas guapas, ¿eh?

—El desfile es por la abuela, egocéntrico, no por ti —se escuchó otra voz, que hizo que Axel sonriera un poco al escucharla—. ¿Creéis que Axel ya habrá llegado o llegará tarde como siempre?

—¡Amelie! —dijo ofendido Axel desde el sofá y llamando la atención de la recién nombrada— ¡Todos los años lo mismo!

Era una chica que se notaba que era más joven que nosotros, del mismo color castaño claro que yo pero con los ojos claros de Axel. Me quedé sin aliento al ver lo hermosa que era, sobre todo con ese vestido verde claro que llevaba puesto.

Creo que me pueden llegar a gustar las tías.

—¡Primo! —sonrió Amelie, antes de darse cuenta de mi presencia pocos segundos después— ¿Quién es la chica guapa que tienes al lado?

Me sonrojé antes de que Axel afianzara su agarre y, con una gran sonrisa y con un tono orgulloso, no dudó en decir:

—Amelie, ella es Evelyn. Mi novia.

Aquella revelación hizo que la chica se quedara boquiabierta, antes de aplaudir con bastante fervor y gritar cosas como "¡Ya era hora!" o "Adiós a mi sueño de tener un primo gay". La cual me hizo bastante gracia y no pude evitar reírme mientras nos levantábamos del sofá y la saludaba con dos besos sin que Axel dejara de abrazarme por la cintura.

Sin embargo, el buen rollo que había entre nosotros no tardó en desaparecer en cuanto se escuché a alguien exclamar mientras me señalaba:

—¿¡La borde del telefonillo!? —aquello hizo que reconociera al príncipe Joseph, viendo que era la misma persona que se veía en la pantalla del telefonillo de nuestro apartamento— ¿¡Es ella!?

Lo intenté, Dios puede jurarlo. Pero no pude quedarme callada ante lo que había dicho el primo de mi novio.

—Putero manos pequeñas —le dije en el mismo tono, sacándole una fuerte carcajada a la reina emérita y a la chica llamada Amelie— ¿Nunca te han dicho que es de mala educación señalar a la gente?

—¿Y a ti no te han enseñado que me tienes que tratar con respeto? ¡Soy el heredero a la corona!

—Eso no te quita lo de putero manos pequeñas, primo —dijo Axel—. Ni que siga enfadada contigo porque nos interrumpiste en medio...

—Acaba esa frase y duermes en el sofá, whiskey doble —dije en un tono neutral que aterrorizó a Axel, quien se quedó completamente callado.

—No te conozco, pero ya te adoro —sonrió Amelie, antes de prácticamente arrancarme de los brazos de Axel y darme un abrazo—. Bienvenida a la familia, tú júntate a mi lado y tendrás éxito.

—Lo que faltaba: dos locas juntas —dijo Joseph.

—A callar —dijo Amelie, con el mismo tono neutral que había usado segundos antes. Para después sonreírme—. Te voy a presentar a los demás, aunque yo soy la mejor con diferencia.

—¿No debería hacerlo Axel?

—Ese idiota ya está condenado a soportar al otro idiota de mi hermano, creo que con eso ya tiene suficiente.

Miré boquiabierta a la prima de Axel por lo espontánea que era, además de agradable. Después de que Axel me hablara de lo hipócritas que eran la mayor parte de su familia, me la imaginaba de esa manera. Pero, al ver de reojo como mi novio negaba con la cabeza con una sonrisa en su rostro, fue suficiente para saber que ella era una de las excepciones en la familia.

Un amor por casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora