No sé cuánto tiempo estuvimos besándonos hasta que sentía como el frío de la noche invadía la espalda de Evelyn cuando empecé a levantar su sudadera, haciendo que ella comenzara a desabrochar los botones de mi camisa lo más rápido posible.
Una vez nos deshicimos de nuestras partes de arriba, me quedé boquiabierto al ver que la falda de Evelyn no cubría su ropa interior en la posición en la que estábamos en ese momento, de tal forma que se me escapó un gruñido de la excitación antes de comenzar a moverla sobre mí mientras la besaba con pasión. Evelyn suspiraba a la vez que llevaba sus manos a mis pantalones y, tras soltar un gemido al sentir mi erección sobre la tela del pantalón, no tardó en comenzar a bajar la cremallera e intentar bajarme los pantalones como pudo.
—¿Cómo hemos acabado así...? —le pregunté susurrando, a lo que Evelyn no respondió sino que empezó a besarme en el cuello mientras seguía moviéndose sobre mí— Si lo llegaba a saber, traía condones...
Evelyn me mordió en el cuello, sacándome un gruñido y riéndose tras escucharlo, antes de mirarme a los ojos.
—No vamos a acostarnos —me dijo Evelyn—. Vas a tener que currártelo mucho más que una noche bajo las estrellas en un descapotable para que eso pase...
Esa era mi chica, siempre cargándose el momento.
—Y... ¿Qué propones? —susurré, siendo mi turno para comenzar a besarle en el cuello y hacer que ella empezara a reírse mientras negaba con una sonrisa— Porque sé que estás excitada y definitivamente yo lo estoy... Y no puedes admitir que no es original...
—Lo es... Pero, te recuerdo, que no te he perdonado que me mintieras. Ni la humillación que he sufrido toda la tarde por tu culpa —me dijo Evelyn, a lo que suspiré bastante frustrado mientras asentía—. Aunque, sí que te voy a dar la razón en que estamos los dos excitados y que hay que hacer algo para remediarlo...
Asentí antes de volver a unir nuestros labios en un beso apasionado y continuar con lo que habíamos estado haciendo. Evelyn enseguida empezó a subir sus manos por mi abdomen, acariciando cada uno de mis abdominales como si estuviera intentando memorizarlos con sus dedos; pasando por mi pecho y llegando a mi pelo sin dejar de besarme en ningún momento.
Cada vez que nuestras lenguas se encontraban formando una danza de placer en el interior de nuestras bocas, ambos sentíamos que la excitación y la tensión sexual entre nosotros aumentaba a niveles estratosféricos. Y, aunque sabíamos que esa noche no llegaríamos más allá de lo que estábamos haciendo, estábamos decididos a saciar hasta la última gota de deseo que había entre nosotros.
Evelyn fue la primera en dar ese paso, bajando la cremallera de su falda para que se abriera y cayera a un lado, quedando únicamente en ropa interior mientras seguía moviéndose sobre mí. Tenía la piel de gallina, ya que las noches eran frescas a pesar de que acabara de empezar la primavera, pero yo estaba convencido de que era por las mil sensaciones que sentía por mis caricias. Los suspiros y gemidos de ambos por el roce de nuestras partes íntimas, pese a la barrera de la ropa interior, era suficiente para que nos sintiéramos completos con el otro.
Era una conexión extraña para Evelyn y para mí, al igual que la situación: los dos éramos personas que siempre queríamos llegar hasta el final cuando dábamos el paso. Pero Evelyn no iba a dar su brazo a torcer en lo de no hacer nada más y yo era de los que siempre respetaban los límites (aunque me hubiera saltado las reglas en más de una ocasión) y nunca haría algo que no le gustara a Evelyn.
—Joder —susurré haciendo que Evelyn abriera los ojos por un segundo y me mirara confundida—... No sabes lo que me está jodiendo y encantando esto...
—¿Ahora eres bipolar? —susurró Evelyn, gimiendo al sentir que mi erección presionaba su sexo.
—Soy lo que tú quieras que sea, princesa —sonreí ladinamente, antes de reclinar el asiento y hacer que intercambiáramos posiciones—. Ahora me toca a mí disfrutar y estar al mando... Siéntate en el respaldo del asiento.
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Un amor por casualidad
عاطفيةÉl es la persona más despreocupada del mundo. Ella la que tiene demasiadas responsabilidades. ¿Qué pasaría si te dijeran que a veces las personas más diferentes entre sí también son las más compatibles entre ellas? Como hasta el más estúpido de los...