Una diferencia elemental. - FUEGO [Stefan Salvatore]

66 - El juju malo se filtra de tus enormes poros

MYSTIC GRILL

El ambiente familiar del restaurante envolvió al grupo mientras entraban, el bajo zumbido de la charla y los vasos tintineantes sirviendo como telón de fondo para su reunión. La expresión de Jenna se agrió inmediatamente al ver a Alaric en su lugar habitual en el bar.

Necesito un trago.- murmuró, su frustración palpable.

Los ojos de Aella brillaban mal.- Iré.- ofreció con una sonrisa astuta, fingiendo su inocencia.- Por apoyo.

Jenna dejó salir un gemido exasperado y empujó a la adolescente hacia Caroline.-No te estás acercando al alcohol.- declaró con firmeza, su tono no deja espacio para la discusión.- Puedo lidiar con esto de una manera adulta.

Elena levantó una ceja ante la determinación de su tía.- Vas a ignorarlo y ordenar en el lado opuesto del bar, ¿verdad?

Jenna asintió con orgullo.- Sí, lo hare.- confirmó.- Porque eso es lo que hacen los adultos, a pesar de decirles a nuestros hijos lo contrario; evitamos y fingimos que el problema no existe hasta que finalmente desaparece.

Aella no pudo evitar reírse de la analogía de Jenna.- Suenas como el capitán Jack Sparrow.- bromeó, adoptando un acento pirata. - "Me encantan esos momentos; me gusta saludarlos mientras pasan".

Jenna se detuvo en sus huellas, un indicio de autodesprecio en su respuesta.- Es malo que esa no sea la peor comparación que he oído sobre mí misma hoy.

Mientras Jenna se dirigía hacia el bar, Bonnie se rió con aprecio.- Jenna es increíble.- comentó con una sonrisa.

Aella asintió con entusiasmo, su admiración es evidente.- Ella es básicamente nosotras, pero es legal hacer todo lo que nosotras somos 'demasiado inmaduras' para hacer.

La atención de Caroline cambió a medida que Matt se acercaba, pero su falta de reconocimiento la dejó desinflada.- Hola, Matt.- saludó ella, pero él pasó sin decir una palabra, dejando un silencio incómodo a su paso.

Bonnie sonrió con simpatía.- Las cosas se ponen muy incómodas.

Elena le ofreció a Caroline un toque reconfortante. Mientras tanto, la mirada de Aella se endureció mientras observaba la partida de Matt.- ¿Otra vez está en mi lista de mierda?.- Murmuró en voz baja.

Caroline dejó un resoplido con lágrimas.- Esa lista se está haciendo larga de nuevo.

Aella se encogió de hombros con indiferencia.- La gente no debería ser idiota entonces.

¿También estamos en tu lista de mierda?.- Los ojos de Elena se aguaron, Aella todavía la ignoraba.

Aella pasó por delante de ella, ignorando al adolescente mientras tiraba del brazo de Caroline.- Vamos, vamos a sentarnos lejos de ese idiota.

Los ojos de Elena se llenaron de lágrimas mientras se volvía hacia Bonnie.- Ella me odia.- susurró, con su voz cargada de dolor.

Bonnie se apresuró a limpiar las lágrimas de Elena, ofreciendo tranquilidad.- Ella no te odia. Créeme, sé lo que parece.- Ella miró a donde Aella había asegurado una mesa para ellas, un rayo de esperanza en el gesto.- Mira, ella tiene una mesa para todas nosotras. Eso tiene que significar algo.

Cuando Aella y Caroline se instalaron en la mesa, sus oídos captaron la exclamación angustiada de Caroline.- ¡Él me odia!

Aella puso los ojos en blanco con un toque de exasperación.- Intentó besarte el otro día. Eso no suena a odio.

Bonnie asintió de acuerdo mientras ella y Elena tomaban sus asientos.- Sí, dijo que la pelota está en tu cancha. Eso no es odio, eso es frustración.