Después.

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OMNISCIENTE



Nalira: ¿Crees que por ser la nueva Tsahík del clan eres importante? No me hagas reír, eres y siempre serás una insignificancia.

En medio de gritos desgarradores, el agua del arrecife llena de sangre esparciéndose por doquier, Kiri, quien llevaba diversos golpes en el cuerpo, los cuales se marcaban cada vez más amoratados y verdosos que dolían con tan solo verlos.

Hilos de sangre salían de su hombro izquierdo, producto de una estocada de daga se asomaban en su cuerpo, aun así, tenía las fuerzas de poder darle la cara a aquella porquería de ser como lo era Nalira.

Rodeándose la una a la otra en medio de diversos mauris en llamas, ambas con cuchillo y daga en mano. El corazón de Kiri latía desbocado, lleno de temor, rogándole a la gran madre que por favor tuviera piedad de ella y de...

Kiri: Nalira, ¿por qué están haciendo esto?

Nalira: Me arrebataste todo idiota, todo, a Ao'nung, mi puesto como líder, todo maldita.

Kiri: Eso es una mentira como todo lo que sale de tu boca, no tengo porque darte explicaciones, pero todo lo que ves siempre fue destinado a ser...

Nalira con todo el coraje de su ser, se abalanzo sobre ella, Kiri por supuesto no dudo en comenzar a defenderse, proporcionándole golpes en la boca del estómago a Nalira, de repente, la lanzo lejos de ella, comenzó a ver por donde poder correr, entonces, pudo divisar una silueta conocida, distraída.

- ¡¡¡NOOOOOOOOO!!! - Un grito, un grito lleno de miedo y ardor.

Una sensación de ardor y dolor irreconocible se hizo presente en el estómago de Kiri, exactamente en la parte izquierda de su vientre, bajando la mirada, pudo ver a una mano verdosa con aleta, empuñando su cuchillo con demasiada saña.

Nalira: Espero de todo corazón que no sobrevivas.

Susurro en su oído, dejando a Kiri caer de rodillas, donde, poco a poco su vista se fue volviendo borrosa, para al final, lo último que pudo ver fuera un charco de su propia sangre, volviéndose todo negro después.

Kiri despertó entre jadeos, con el corazón acelerado y recordando aquel sueño o, mejor dicho, pesadilla, de la cual recientemente había despertado, viendo hacía todos lados, pudiendo reconocer en donde estaba, en su mauri.

Hacía un día antes en el que ella y su familia habían regresado del bosque a la aldea del arrecife.

Una semana antes se había casado con su esposo Ao'nung, quien ya no se encontraba en el mauri debido a que tenía que salir a supervisar como había ido todo durante su ausencia en la aldea.

Aquella boda, fue celebrada entre felicidad, amor, algo de lo que pocos conocen hoy en día, recordaba cada parte de la ceremonia, cuando los dos dijeron que estarían dispuestos a pasar el resto de sus días y eclipses juntos, era inolvidable, mágico.

EMUNÁ/ KIRI Y AONUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora