Sin despertar (1/2)

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OMNISCIENTE

El cielo. 

Ese enorme espacio en el que predominan los colores azules, blancos y en ocasiones grises. 

Muy parecido a la vida. 

La brisa fresca soplaba en su rostro, el oxígeno era interminable para sus pulmones. La altura a la que estaba era liberadora, sus pies flotaban a los lados de aquel enorme animal. 

Los sonidos del aire eran ensordecedores, no había nadie más que ella, toruk y el aire, que era testigo de cómo Kiri se despejaba al menos un poco. Su corazón latía lentamente, no estaba acelerada ni mucho menos, todo lo contrario, a su mente, la cual gritaba miles de cosas al mismo tiempo, por ejemplo, el dolor... 

El dolor de tantas cosas, los momentos de aquella noche se repentían en su cabeza, desde los besos y caricias, hasta los gritos y las palabras que sucedieron, era insufrible recordar como los ojos de Ao'nung la veían con decepción, con dolor. Lo que más le hacía perder la razón, eran las palabras que él había dicho sobre su vida pasada, sobre quienes eran. 

No creía que él fuera capaz de eso, jamás. 

Pero, aun así, si lo fue. 

Le dolía el alma mucho más al recordar él porque estaba ahí arriba, en las nubes.

Había pasado aproximadamente una semana y media desde aquel eclipse. Una semana en la que lo único que podía hacer era despertarse temprano a esperar a Ao'nung por las mañanas, pero al mismo tiempo fue una semana en la que él solamente la evitaba, despertando temprano casi al amanecer, o simplemente no llegando a dormir, quedándose en uno de los mauris desocupados de la aldea. 

Por la mañana, ella había despertado temprano para poder esperar a su esposo antes de que se fuera a trabajar en sus obligaciones de Olo'Eyktan. Se imaginaba que seguramente podrían hablar y la dejaría explicar el porqué de todo, sus razones y que seguramente la entendería. 

El destino no tenía planeado eso, porque en cuanto él se despertó y salió de la división en donde se había dormido - no era la suya, pues en la noche Ao'nung se había ido a otra para evitarla - al salir lo primero con lo que se encontró fue a Kiri recargada en la orilla de la puerta del mauri, viendo el océano mientras lo esperaba.  

- Despertaste - Ella expresó mostrándole una sonrisa un poco nostálgica. 

 Ao'nung solamente la miro y no contesto, tomando un cuenco de agua para hidratar su garganta, la cual se había quedado seca después de aquel eclipse en el que no hizo más que llorar en total silencio, con las lágrimas corriendo de sus ojos poco a poco, desgarrando su alma de la misma manera. 

- Ao'nung, ¿podemos hablar? - El contrarió solamente se dedicó a tomar más agua, tragando con esta el nudo que se quería formar en su garganta por ver a el motivo de su tristeza, pero al mismo tiempo su felicidad -. Sé que estas molesto, pero por favor...

Él solamente puso el cuenco con fuerza en una pequeña ménsula con maderas pegada a la pared del mauri, haciendo que Kiri pegará un salto, asustada por aquella acción. 

- Bien, si no quieres hablar está perfecto, pero si me vas a escuchar. - Ao'nung se dio la vuelta para querer salir, pero como Kiri estaba completamente dispuesta a hacer lo que fuera necesario, con una de sus manos llamo a la primera ola del mar y cubrió la salida con un remolino de agua. 

EMUNÁ/ KIRI Y AONUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora