Ocean love ✧ kooktae

Capítulo 41

Taehyung:

Terminé de hacer mi maquillaje bastante rápido, solo con unos cuantos productos del gran montón, los más sencillos de usar. Me apliqué un polvito blanco para cubrir mis pecas, porque siento que le dan un aspecto manchado a mi cara, y arruinan mi maquille; simplemente odio mis pecas. También me puse rubor, porque me volví adicto al rubor rosa, y a la tinta de labios de color rojo. Sólo usé esos productos, pero el resultado me gustó muchísimo. 

Luego me entretuve recogiendo todos los maquillajes dispersos en la cama, para guardarlos dentro de sus cajas nuevamente.

Dios, recuerdo perfectamente a Jungkook diciéndole al señor de la tienda que quería comprar todos esos productos. Se vio tan atractivo, mucho más de lo normal, me hizo sentir que no debía preocuparme por nada, porque él se encargaría de consentirme, protegerme, tratarme como si yo fuera un rey. Esa sensación fue tan fuerte que me abrí a recibir ese trato, y por primera vez en mi vida, sentí que merecía ser tratado así de bonito.

—Ay no...ya me dio vergüenza pensar así. Qué extraño es sentir que merezco cosas lindas, me da pena, Kook me está complaciendo tanto que ya me estoy creyendo la gran cosa, me da vergüenzaaaa.

Fui enseguida a buscar mis pergaminos dentro de mi equipaje, y me senté a escribir cómo me sentía hoy, y también los días anteriores. Fue muy lindo y relajante escribir mis vivencias felices, con el aire fresco entrando por el balcón, con mi cabello suelto y mi maquillaje. Me sentí tan bien. 

Después de casi media hora Jungkook regresó, había traído una cesta de comida que desprendía un delicioso olor a pan recién horneado.

—¿Y ese guapo?— Me dijo con una sonrisa, levantando sus cejas de una manera muy graciosa. Se refirió a mi maquillaje— Estás precioso, como para comerte a besos. 

—Kook...— Me sentí avergonzado. Él se rió, y vino a sentarse conmigo en la mesita— ¿Q-qué trajiste en esa cesta? 

—Pan de miel, pan de ajo, estaban recién salidos del horno, también estos pasteles de carne, y estos camarones al vino con uvas— Se trajo casi un banquete. No le dije nada porque sé que sí se va a acabar la mayoría, es como un barril sin fondo. Yo no como mucho, y lo poco que como lo como lento, él en cambio come un montón y lo hace super rápido. 

—Sería lindo ir al lago, sentarnos en la orilla...y disfrutar de toda esta comida, mientras hablamos, nos abrazamos y nos damos besitos, ¿no crees?— Me salió decirle eso de repente, pero apenas terminé, me arrepentí de decirlo. Sentí que fue innecesario, y me dio vergüenza, porque es algo que definitivamente no podríamos hacer— Olvídalo.

—Está bien, vamos al lago— Empezó a guardar nuevamente la comida que ya había sacado de la cesta. Tomé sus manos para que dejara de hacerlo.

—No Kook, solo lo pensé de repente-

—Pero es una buena idea, bebé. Además habías dicho que querías ir al lago para ver a los peces, así que vamos- 

—Jungkook no, olvídalo ¿sí? nosotros no vivimos en un mundo donde dos hombres puedan estar juntos como una pareja normal, andando libremente por las calles tomados de la mano, besándose en sitios públicos, o teniendo citas románticas; no vivimos en un mundo así, Jungkook, esa no es nuestra realidad, en nuestra realidad lo que hacemos es un pecado que se castiga con la muerte. 

—Mi amor...

—No tienes porqué pasar por esto, Jungkook, no es justo para ti. Tú podrías salir a recorrer la ciudad con una chica, podrías besarla en público, podrías comprarle todos los maquillajes que ella deseara, podrías llevarla a todos los bailes del mundo, con ella podrías tener una familia. Conmigo jamás vas a poder hacer todo eso...s-solo estás desperdiciando tu vida conmigo— No lloré, pero se me hizo un nudo muy fuerte en la garganta, y mi pecho se estremeció de dolor, dificultándome respirar con claridad.