Kim Taehyung es un joven pirata de 18 años, reconocido por heredar la tripulación y todo el legado de poder de su difunto padre. Jeon Jungkook, apodado por la gente "Príncipe de la nueva era" es conocido por sus hazañas y gran liderazgo a la edad de...
—¡Emperador Kim! ¡ya amaneció!— Escuché varios golpes en la puerta, y luego pisadas alejarse.
Mis ojos se abrieron con pesadez.
—¿Cuántas veces...debo decirles que no me despierten?— Suspiré resignado— Yo puedo despertarme solo...
Me quedé observando el techo de madera, muy adormilado y sintiendo mis párpados quererse cerrar aunque sea por unos segundos.
—Hum...— Tengo demasiada pereza como para ponerme a planear mi día. Dormí toda la noche pero me siento exhausto mentalmente— ¡Un momento...!— Me senté velozmente en la cama, recordando a cierta persona— Jeon Jungkook...
Maldita sea, juro que si no fuera por mi padre, estaría muy muy ¡muy! lejos de aquí, de toda esta gente, de toda esta mierda.
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Jungkook:
—¡Más, m-más!— Puse mi mano en su boca cuando sus gritos se intensificaron sin pudor. Es bastante temprano, la mayoría deben seguir durmiendo y no quiero que despierten. Pero cielos, escucharla gemir es el paraíso.
—No grites, harás que nos escuchen— Tomé sus caderas con fuerza, haciendo que mis dedos se claven en la suavidad de su piel, y empecé a embestirla con más firmeza— ¿Te gusta así, linda?— Afirmó con la cabeza desesperadamente.
—¡Capitán! ¡ya llegó el Emperador Kim!— Carajo. Es Jimin.
Ese Emperador debe estar loco en verdad, ¿quién diablos se levanta tan temprano para hablar de una alianza? Una cosa es madrugar para sexo, y otra muy diferente es hacerlo para "charlar".
—¡Dile que ya voy!— Le dije en voz alta, y pronto escuché sus pasos alejarse.
Bufé desanimado.
—Solo vamos una ronda...— La belleza debajo de mí me habló con un ligero tono apenado. Solo pude sonreírle.
—Linda, retomémoslo en la noche ¿de acuerdo?— Me incliné a darle un casto beso en su mejilla— Estaré pensando en lo bien que se sientes— Le susurré al oído, dejando con suma lentitud su cálido interior.
De inmediato me levanté de la cama, me vestí y fui al depostito de agua para darme un baño. Debo estar decente y limpio para recibir a ese mocoso creído con título de "Emperador".
La única razón por la que no le maté ayer es porque le tengo respeto a su padre, nada más.
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