Capítulo 5: Está en todo

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Alondra

Alondra... Alondra... Oye despierta. Es lo que voy escuchando poco a poco al ir recuperando la conciencia. Cuando logro abrir mis ojos noto que no estoy cerca de la cancha de básquet sino en una especie de ¿Enfermería? Hay varias camillas y estantes llenos de medicamentos, a mi lado está Andrés mirándome con preocupación mientras creo que la enfermera está escribiendo en una libreta; puedo sentir que hay alguien más en la sala así que muevo mi adolorida cabeza un poco y veo a la pelirroja hablar con enfermera.

- Sí, le dieron un balonazo muy fuerte en el rostro y callo, así que busqué ayuda y aquí estamos

- Okey, muy bien. Muchas gracias señorita Rainelis, ya puede irse

Anonadada por lo que acabo de escuchar, por como le habló a la enfermera, con tanta seguridad y malicia cierro mis ojos y trato de encerrar mis impulsos en una cajita para no gritar que fue ella fue la que hizo daño, que fue ella la que dejó en una desgraciada camilla. Cuando ella pasa por mi lado quita descaradamente a Andrés hacia un lado y se inclina muy cerca a mi oído.

- No vuelvas abrir la boca... Odio hacerle daño a personas tan débiles como tú - se aleja - Muevete niño

- Ugh, que chica tan odiosa - dice Andrés disgustado - Oye ¿Cómo te sientes?

- Dolorida, pero bien... creo

- ¿Puedes levantarte? Te llevaré a tu casa. Tu papá ya está al tanto de todo y dijo que vendría por tí, pero yo me ofrecí a llevarte

- Okey, está bien

De camino a mi casa mis pensamientos estaban inundados por la pelirroja, en como sin importarle nada me golpeó hasta el punto de dejarme inconsciente, como prácticamente hizo todo un plan para hacerme daño y sin ningún tipo de pruebas de que yo haya abierto la boca. No sé si alguien nos vio y se lo dijo a algún profesor o algo parecido; yo a la única persona que se lo conté fue a Andrés y por lo mamones que todos son con Rai ¿Quien pudo haber sido?

- Andrés - lo llamo mirando fijamente la carretera.

- Dime

- ¿Le contaste a alguien sobre lo del baño de la otra vez?

- ¿Lo de la engreída esa?

- Sí

- Pues... - ay no - Perdón, sé que me dijiste que no le dijera a nadie, pero no podía quedarme de brazos cruzados

- Pero tú sabes cómo son en ese colegio respecto a esa chica, que aunque tenga esa actitud, todos creen que es perfecta. No debiste

- En serio, lo siento Alo - estaciona frente a mi casa - Te juro que no lo hice con mala intención

- Hmm

- Pero ¿Como te enteraste? ¿Ella te hizo algo de nuevo?

- No, no... Escuché como hablaban de eso en la biblioteca

- Oh

- Bueno, muchas gracias por traerme y pues no vemos mañana - pongo mi mano sobre la suya.

- Claro. Si necesitas algo puedes llamarme

- Okey, cuídate

La casa está sola así que rápidamente voy al salón, me paro frente al espejo y veo un moretón en mi mejilla, que al tocarlo suelto un quejido por el dolor. Con cuidado empiezo a desabrochar los botones de mi camisa hasta quitarmela y ver varios moretones en mi abdomen y en mi espalda. Estos sin son otro nivel son enormes y sus colores varían en morado y rojo, son preocupantes. Uno de los sistemas de relajación para mí papá es el boxeo y muchas veces llega con moretones a la casa así que tiene múltiples cremas para que desaparezcan así que tomo una de ellas, la mejor que tiene y la aplico en cada moretón, después de tomarme dos pastillas para el dolor.

Amor & Odio [Railo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora