Solarballs//one-shots

Marte

Au: Main AU
Ship: ninguno
Palabras: 587
Perspectiva: Marte

Soy Marte, el cuarto planeta en orbitar al Sol y el vecino de Jupiter y la Tierra.

Tengo dos pequeñas lunas a las cuales me gusta considerar mis hijos.

Soy el segundo más pequeño en el sistema solar.

El planeta rojo, como algunos me llaman. El Dios de la guerra en la mitología grecorromana. El hermano de la Tierra según los terrícolas.

Para todos es extraño que los humanos me vean como alguien violento y no alguien "Pacífico" pues se supone yo nunca sería violento.

Pero me asusta.

¿Los humanos saben cómo fui?

Ellos se enteran de todo de alguna manera y eso me atemoriza, debo mantener la apariencia pero los cuentos que ellos crean no ayudan...

Cumplo un rol algo específico, soy alguien que ayuda a los demás y nunca saldría de sus casillas. Alguien correcto.

Todos lo ven así, nadie cambiará su forma de verme porque siempre fui alguien amable y tranquilo, piadoso y misericordioso, correcto e inteligente.

Pero no siempre fue así.

Me gusta imaginar que soy así porque Jupiter me educó para serlo ¿pero a quien engañaría? A todos, menos a mi.

Debo confesar que desde que perdí mi oportunidad de tener vida, empecé a ser más maduro y a tomar consciencia de como me comportaba.
Cuando era joven era alguien malhumorado y poco amable, era un Venus 2.0 y podría decir que incluso peor.

Sin embargo, había alguien que me hizo sentir diferente, ella era el planeta con el que Tierra compartía orbita. Era dulce, amable y agradable, quería pasar mi corta vida con ella y conocernos mutuamente.

Pero las reglas del Sol son claras.

Y ella ya estaba destinada a chocar contra Tierra.

Mi tristeza fue profunda, me sentía mal, mi núcleo se congelaba aún más de lo que ya estaba. Tal vez es por eso que el Sol creó esa regla.

Sentía ansias de sentirme amado y aunque suene extraño me gane el núcleo de Venus, me sentí completo por un momento y el a pesar de ser algo arrogante dejaba de serlo conmigo.

Pero perdió su vida.
Y yo perdí la mía.

Ya no funcionaba, no iba a funcionar nunca, mi núcleo estaba roto y no curaba fácil.

Tome opciones que nunca pensé tomar.

Me sentía tan solo que opté por tomar dos asteroides del cinturón de asteroides y convertirlos en pequeñas lunas, poco a poco formaron su cuerpo y se acoplaron a su órbita, lo admito, me encariñé mucho con ellos.

Pero no podía darles mal ejemplo.

Por lo que empecé a cambiar, a verme como alguien ejemplar, alguien moral, ético y correcto.
Y funcionó muy bien, ahora nadie espera que yo haga algo mal, todos piensan que siempre hago el bien a pesar de que sienta que no lo hago.

Me siento solo y se que la compañía que tengo, a mi mejor amigo y mis dos lunas pronto se irán. El Sol consumirá a Tierra, Venus y Mercurio. Fobos chocará contra mí y Deimos pronto se irá.

Debo aprovechar el tiempo que me queda, los minutos que me faltan, los segundos que debo aprovechar.

Aun así, me esfuerzo por estar bien, la muerte es parte de la vida. El final es parte del inicio. El bien es parte del mal. La luz es parte de la oscuridad. Y a pesar de que ya lo entienda sigo sin aceptarlo...

No quiero estar solo, no quiero volver a estarlo, deseo con todas ansias seguir aquí.

No los quiero perder.